Casa Real

Marivent, medio siglo de veraneo Real en Mallorca

El inmueble construido hace cien años para el pintor Juan de Saridakis se convirtió 50 después en la residencia estival de la monarquía española y sus numerosos invitados

Marivent, medio siglo de veraneo Real.

Marivent, medio siglo de veraneo Real. / LORENZO / DM

Raquel Galán

El pequeño Felipe, con cinco años, se subía en Mallorca en el maletero de un Seat 124 la tarde del sábado 4 de agosto de 1973. Sus hermanas, Elena y Cristina, ya se habían instalado en esta misma parte trasera del coche, por lo que los padres, Juan Carlos y Sofía, ocuparon sus asientos y la familia puso rumbo a su nueva casa de veraneo. Como muchas familias españolas acomodadas de la época del tardofranquismo. Sin embargo, la de los Borbones se dirigía a Marivent.

Medio siglo después, el rey Felipe VI está a punto de aterrizar en la isla para disfrutar en el mismo inmueble de sus vacaciones estivales con su madre, la reina emérita y, pocos días después, con la reina Letiziay sus hijas, Leonor y Sofía. Lleva 50 años veraneando en el palacio mallorquín que fue cedido a los entonces Príncipes de España por parte de la Diputación Provincial para utilizarlo como residencia oficial de la Casa Real.

oto de archivo de Marivent.

Foto de archivo de Marivent. / DM

El edificio junto al mar situado en Cala Major data de 1923 y es obra del arquitecto Guillermo Forteza, quien recibió el encargo del artista y mecenas de origen griego Juan de Saridakis. En uno de sus viajes con su mujer, Laura Mounier, quedaron prendados de la isla y se mudaron aquí. Fue su segunda esposa, Ana Marconi, la que decidió donar a Mallorca la finca, con una extensión de unos 33.000 metros cuadrados, cuando el pintor murió. La finalidad era que el inmueble se convirtiese en museo, y así fue hasta 1982, por lo que durante casi una década se compatibilizó el espacio cultural con la función palaciega. Pero por motivos de seguridad, prevaleció el uso para los Borbones.

Antes de la cesión de Marivent, la Familia Real ya tenía relación con Mallorca. Los príncipes don Juan Carlos y doña Sofía habían pasado días de asueto en el hotel Victoria del paseo Marítimo; el padre de él, don Juan de Borbón, vivía a bordo del yate Giralda, atracado en el Club de Mar; y la madre de ella, la reina Federica de Grecia, también frecuentaba la isla, pero la nueva residencia de verano fue la que provocó que la Corte abandonase Madrid todo agosto para convertir Palma en la capital extraoficial. El primer año en que se alojaron como Reyes de España es el del 76, ocho meses después de la muerte del dictador Francisco Franco.

Días antes de la llegada de los monarcas, Juan Carlos I había nombrado a Adolfo Suárez nuevo presidente del Gobierno de la incipiente democracia. Volvieron a verse en Marivent, convertido en palacio y en el que se celebró la primera audiencia de las muchas que le seguirían con todos los presidentes de este país a lo largo de casi medio siglo de democracia. Además de visitas protocolarias de los gobernantes, en el inmueble se han hospedado invitados tan ilustres como jefes de Estado de numerosas partes del mundo y miembros de casi  todas las casas reales europeas.

"Parece un hotel"

La famosa frase «Marivent parece un hotel» la dijo a los periodistas un acalorado rey Juan Carlos en la antigua terminal de llegadas del aeropuerto a finales de los 80. Iba a recoger al hermano menor de la reina, Constantino de Grecia, y definió así la situación de la villa por la cantidad de familiares que se alojaban en verano. Los fijos eran los parientes griegos y hoy continúa siendo una habitual la hermana de doña Sofía, Irene de Grecia, que desde esta semana se encuentra con ella en el número 229 de la calle Joan Miró.

Otros miembros de la realeza que en la década de los 80 estuvieron varias veces en el palacio estival fueron los príncipes de Gales, Carlos y Lady Di, con sus hijos; mientras que en octubre de 1988, la reina de Inglaterra, Isabel II, visitó la isla a bordo del Britannia y tuvo como anfitriones a los Reyes de España. También estuvieron los monarcas de Bélgica, Balduino y Fabiola, los Grandes Duques de Luxemburgo, los reyes Hussein y Noor de Jordania, el rey Fahd de Arabia, que regaló al actual rey emérito su segundo yate Fortuna, el Aga Khan, íntimo del monarca, el rey Hassan II de Marruecos, los emperadores de Japón y un largo etcétera de casas reales, además de estadistas de la talla de Mijail Gorbachov o Bill Clinton.

Ajenos a las históricas visitas, los niños Felipe, Elena y Cristina iban a clase de vela en Calanova, al volver se bañaban en la piscina junto al acantilado y se divertían en sus relajados días estivales. También vivieron la adolescencia y juventud en Mallorca, con sus primeras marchas, sobre todo en la discoteca del Club de Mar, y los primeros amores, como el que dio la vuelta al mundo entre Felipe e Isabel Sartorius.

Fotografiados a bordo de la lancha Somni en 1989, la imagen en el mar balear fue la confirmación de que había una relación. Los noviazgos que se convirtieron en bodas, tanto de las infantas con sus respectivas parejas, Jaime de Marichalar e Iñaki Urgangarin, como del rey actual con doña Letizia, trajeron a principios de siglo más niños a Marivent y posados familiares muy numerosos.

La Familia Real en 2007.

La Familia Real en 2007. / Lorenzo

Pero llegó el primer divorcio, el escándalo del caso Nóos con la condena a Urdangarin, nuevos escándalos con Juan Carlos I, su abdicación, el segundo divorcio y un distanciamiento familiar que hace que el palacio de verano ya no sea el «hotel» del que hablaba el monarca que reinó junto al mar durante casi 40 estíos.

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