Sin base científica

Hoy es el lunes más triste del año

Los expertos no ven nada extraño en una fecha en la que, por fin, volvemos a poner los pies en el suelo tras las fiestas para analizar deudas, salarios, objetivos no cumplidos

Imagen del 'Blue Monday'.

Imagen del 'Blue Monday'. / E.D.

Jorge Dávila

Hace dos décadas el psicólogo Cliff Arnall se sacó de la manga una extraña fórmula matemática para encasillar el Blue Mondayen el tercer lunes del año, es decir, hoy será el lunes más triste de 2024. No hay una base científica que demuestre tanta amargura, pero es probable que a estas alturas del calendario le estemos dando muchas vueltas a las deudas, el salario, los cambios que no llegan e incluso al clima. Los culés, por buscar una justificación más reciente, puede que no hayan superado aún la gruesa derrota ante el Real Madrid (4-1).

Aunque suene extraño, hay gente que ya ha renunciado a los objetivos que planificó mientras se comía las doce uvas de la suerte. Y es que sólo llevamos 15 días del nuevo año y muchos ya se han rendido: "Si hacemos una lista con objetivos poco realistas es muy fácil que se vayan cayendo", comenta el psicólogo Leocadio Martín en relación a unos buenos propósitos que suelen estar ligados con la pérdida de peso, aprender un idioma, dejar de fumar, etc...

La derrota del Barça ante el Real Madrid puede entristecer a los culés, pero el 'Blue Monday' está más justificado a partir de la vuelta a la rutina tras las vacaciones navideñas

No hay una base científica que avale que hoy es el lunes más triste del año, pero la inercia ha posicionado al tercer lunes de enero como el Blue Monday. Todo empezó en 2006 con una extraña regla matemática ideada por el psicólogo Cliff Arnall en la que había unos insólitos parámetros: tiempo de viaje (Tt); retrasos (R);tiempo consumido en actividades culturales (C); tiempo consumido en relajación (R); tiempo consumido durmiendo (ZZ);tiempo gastado en un tiempo de estrés (St);tiempo demorado en la preparación de un equipaje (P) y el tiempo consumido en la preparación general (Pr). Este galimatías en el que las unidades de medidas nunca fueron reveladas se renovó en 2009 con los siguientes elementos: tiempo atmosférico (W); deudas (D); sueldo mensual (d); tiempo transcurrido desde Navidad (T);tiempo donde se desiste de los propósitos de año nuevo (Q); bajos niveles de motivación (M y la sensación de necesidad de hacer algo (N). Todo un laberinto sin salida que siempre recibió más críticas que halagos. Da la sensación, pues, que el Blue Monday es un invento de los publicistas que se contrapone a la felicidad por el consumo que se percibe en el Black Friday.

Escasa base científica

Mucho ruido y pocas nueces. Así es recibido el Blue Monday por buena parte de la comunidad de psicólogos. Uno de ellos, Leocadio Martín, colaborador habitual del programa Ponte al Día de la Televisión Canaria, considera que "la verdad es que hay poco de verdad psicológica tras este tipo de fenómenos", precisa sin ocultar que lo que rodea al tercer lunes del año "lo podemos situar al mismo nivel que el síndrome postvacacional", remarca antes de hablar de la presión social y consumista que lo empaqueta.

En pleno ecuador de la empinada rampa de enero, lo normal es que una gran mayoría de la población se acuerde de los excesos económicos de las navidades y lo largo que se va a hacer el mes. Eso, de alguna manera, sí que puede entristecer a más de uno, pero no sólo el tercer lunes del año. "La cuesta de enero es un asunto puramente económico, en la que nos damos cuenta de que probablemente hayamos gastado más de lo que debíamos en los regalos de Navidad o en las fiestas", acota Leocadio Martín en una fase de la conversación en la que aparecen "las deudas que nos caen encima y nos pone un poquito más difícil los meses de enero y febrero... Lo que no sé si teniendo en consideración la situación actual de muchas familias canarias estamos ante una cuesta de enero casi permanente".

Lo que sí oculta el lunes más triste del año es una profunda "manipulación psicológica" que en los últimos años se ha comportado con el mismo efecto champán que ha disparado la moda de Halloween y Black Friday. "Es una estrategia en la que participan activamente los medios de comunicación", añade Leocadio Martín en referencia a la presión social y consumista que recibidos de manera constante.

Otros lunes multicolores

En una sociedad que etiqueta absolutamente todo y a todos, lo normal es que haya otros ejemplos parecidos al Blue Monday. El 20 de junio, por citar un caso, se celebra el Yellow Day, que según apuntan las malas lenguas es el día más alegre del año. Las vacaciones están a la vuelta de la esquina, las temperaturas son más agradables –al menos antes de que el cambio climático se cargara los patrones meteorológicos tradicionales–, los días son más largos y, por lo tanto, aumentan las ganas de pasar mucho tiempo fuera de casa.

En tierras asiáticas festejan el 14 de marzo, justo un mes después de San Valentín [otra fecha propicia para el consumo], el White Day, un día en el que los hombres devuelven los chocolates y las flores que las mujeres le regalaron cuatro semanas antes [14 de febrero]. La mayoría de estas jornadas caen en saco roto, pero el Blue Monday cuajó a pesar de la renuncia que hizo Cliff Arnall hace ahora dos años.

Los intentos que hizo el psicólogo por desactivar su invento –a partir de una agresiva campaña de negación en las redes sociales– fueron en vano y la comunidad internacional mantuvo el Blue Monday como el lunes más triste del año, una referencia parecida a la del Día de la Marmota que los granjeros de Estados Unidos utilizan como referencia el 2 de febrero para predecir el final de la estación invernal.

Sea como sea, este Blue Monday parece estar unido al final de las vacaciones navideñas, algo parecido a lo que ocurre a la vuelta del verano, y a la sensación de que ya hay que esperar hasta Semana Santa [en los países que tengan esta tradición] para encontrar otro periodo de relax más o menos hermoso. Esa depresión postvacacional y la acción de las serotoninas, neurotransmisores que se encarga de regular las horas de sueño, los instantes entregados al sexo o los estados de ánimo, son claves para entender que hoy, con lo que cuesta poner en marcha una semana, puede ser una de esas jornadas en las que nos podemos sentir de bajona, algo que se puede combatir, a juicio de los más optimistas, con una buena ración de luz solar, la planificación de un viaje o una actividad al aire libre, un tiempo para resetear lo que queremos hacer en las próximas semanas o ganando unas horas de sueño. ¡Hay que dormir más!

Buscar una buena salud mental y recargar los niveles de hormonas para levantar el ánimo [serotonina, oxitocinadopamina...] son las contramedidas más eficaces para contrarrestar una fecha que oculta una buena noticia: sólo dura 24 horas. A partir de este azul y triste lunes se supone que todo irá para arriba. ¡Mucha suerte!