Fraude en los campus

¿Quién redacta los trabajos universitarios piratas?

Las webs que venden TFG y tesis doctorales aseguran que su "equipo de redactores" está formado por "docentes e investigadores"

Página web donde se ofrece el servicio de redacción de tesis doctorales y trabajos de fin de grado.

Página web donde se ofrece el servicio de redacción de tesis doctorales y trabajos de fin de grado. / JOSÉ LUIS ROCA

Olga Pereda / Javier Pena

“Trabaja desde casa con horarios flexibles, siendo parte de un proyecto transparente y orientado al cliente. Recompensamos tu esfuerzo y antigüedad con ingresos basados en proyectos”. Las plataformas digitales que venden a los universitarios un trabajo de fin de grado (TFG) o una tesis doctoral genuina, original y libre de plagios, no solo buscan clientes (estudiantes) sino ‘empleados’, bautizados con el nombre de “redactores”. Aunque son explícitos en los plazos y el formato de las entregas, estas webs brindan como coartada legal que son "empresas de asesoramiento".

“Estamos buscando apasionados redactores en español, catalán, gallego y euskera para unirse a nuestro talentoso equipo. Garantizamos pagos seguros y legales. Tu anonimato está protegido. Solo los miembros de nuestro equipo de gestión tienen acceso a tus datos personales para ofrecerte proyectos relevantes en tu especialidad”, explica la plataforma en su página.

“Somos legales porque somos una empresa de asesoramiento”, alega una web contactada

Daniel Arias, catedrático de Organización de Empresas en la Universidad de Granada, critica abiertamente estas empresas (más bien chiringuitos). “La educación universitaria no puede ser un fraude”, se indigna. “No es comparable a copiar en un examen. Un trabajo de estos te permite ir a una oposición pública de empleo”, añade.

El docente no tiene constancia, pero sospecha que los llamados 'redactores' pueden ser profesores universitarios con empleos precarios y sin plaza fija, ávidos de otra fuente de ingresos.

Docentes e investigadores

Una de las webs, de hecho, asegura que su equipo está formado por “docentes e investigadores independientes y especializados”. “¿Quién mejor que un profesional para conocer las normativas y la forma de hacer un trabajo para que sea legal?”, añaden.

Las plataformas reclaman a los ‘tutores’ o ‘redactores’ una licenciatura en cualquier campo académico, una excelente gramática y ortografía, así como habilidad para investigar en fuentes académicas y seriedad en los plazos de entrega. También deben sentir pasión por los temas que escriben. El pago es de unos 200 “dólares o euros” por cada 30 páginas. Advierten de que la oferta laboral “no es para todo el mundo”. “Somos profesionales comprometidos, apasionados por nuestro trabajo y, sobre todo, dedicados a brindar el mejor servicio posible. La integridad y la reputación de nuestra academia son nuestro tesoro más preciado”, concluyen.

Requisitos

Una de estas plataformas advierte de que el trabajo de tutor no es para los que simplemente buscan una manera de conseguir dinero fácil. “Si necesitas supervisión constante o dejas que tu ego obstaculice tu profesionalidad este trabajo no es para ti”, continúan.

El pago es de unos 200 “dólares o euros” por cada 30 páginas

En el apartado de ‘Trabaja con nosotros’, otra web explica que “el estudiante recibirá su TFG redactado en formato word, pero también adquirirá una comprensión completa del proceso utilizado para su creación. De esta manera, si en el futuro necesitara realizar un trabajo similar de manera independiente, estará capacitado tanto en aspectos organizativos y estructurales, como en habilidades técnicas y de desarrollo”.

Sin declaraciones

El Periódico de Cataluña, del Grupo Prensa Ibérica, ha intentado hablar con alguna de estas webs, que declinan hacer declaraciones. Sí que ofrecen información vía correo electrónico cuando el interlocutor se hace pasar por un alumno interesado. “Somos legales porque somos una empresa de asesoramiento”, alegan.

Estas plataformas ponen a disposición de los clientes un tutor especializado en el tema del trabajo o la tesis. Una vez que se acepta el precio y las condiciones, el estudiante firma una cláusula de confidencialidad y tiene acceso a unas claves para ver un calendario con las fechas de entrega. “El trabajo no es copiado de ningún lugar sino que es único y original. Se hace sobre la marcha e incluye correcciones en caso de que sea necesario”, asegura el interlocutor de la empresa, que garantiza el aprobado al 100%.

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