La audiencia de Colonia le declaró culpable del asesinato de la mujer, de 24 años, a la que primero asestó un golpe en la cabeza y luego estranguló, para a continuación enterrarla en la fosa que habían cavado juntos.
El procesado había llevado a su novia a un solar apartado de una clínica, donde según él había enterrado una importante cantidad de dinero.
La mujer le ayudó a cavar la fosa para recuperar el botín, tras lo cual le dio el golpe en la cabeza y, visto que no moría, trató de asfixiarla primero con las manos y luego con un cinturón, para meterla en la tumba luego.
Según la fiscalía, el hombre actuó así por miedo a que su novia, casi veinte años más joven, le dejase por otro.