"No quiero morir sin que a estos asesinos les caiga todo el peso de la ley". Así se despide un preso valenciano en una de las cartas que ha estado enviando al juzgado de Instrucción número 1 de Alicante para relatar los detalles de la presunta participación de otros cuatro reclusos que están imputados en la muerte de la mujer de 69 años que fue amordazada en su domicilio de El Pla en septiembre de 2011 para robarle. Los ladrones se llevaron una mesita de noche con doble fondo en la que había dinero y droga que, supuestamente, era de uno de los hijos de la víctima. Este recluso compartió celda en la prisión de Albocasser (Castellón) con uno de los acusados y asegura que le relató cómo se planeó y ejecutó el robo que terminó en un homicidio. Este interno ha declarado ya varias veces como testigo en el juzgado que investiga el crimen -la última vez este mismo mes- y en sus escritos recuerda que otra vez ya colaboró con la Justicia para esclarecer el crimen de una pareja de novios en La Vall d'Uixó, en Castellón.

La Policía logró muestras de ADN de dos acusados y si alguno de los imputados tenía alguna posibilidad de eludir su responsabilidad penal, con este testimonio se antoja más difícil la defensa en el proceso. Además, el recluso, que tuvo que ser trasladado de la cárcel de Albocasser por seguridad, remitió al juez una carta que escribió su compañero de celda y que iba dirigida a su abogado defensor, José Manuel Yepes. En ella explica el crimen y se ofrece a colaborar con la Justicia a cambio de su libertad. Dicho manuscrito no llegó a ser enviado por el implicado y lo tenía en la celda. Además de los cuatro acusados que están presos, en la causa también han sido imputados el carpintero que hizo el mueble y otra persona.

La lista podría ampliarse porque el testigo ha incluido en sus declaraciones a la mujer del presunto autor material que asfixió a la víctima, ya que asegura que estuvo presente en la reunión donde se planeó el robo y en el reparto del botín.

En una de las cartas del preso se recoge incluso una seria amenaza: "El hijo de la señora ha puesto precio a los asesinos y cómplice: 45.000 euros".

El preso delator logró múltiples detalles del caso gracias a la relación de "confianza y amistad" con su compañero de celda. Según el contenido de las cartas enviadas al juzgado, el robo se planeó pensando que había 500.000 euros presuntamente procedentes del tráfico de drogas. El dinero estaría oculto en un mueble con doble fondo que sustrajeron de la habitación de la mujer asesinada y que se lo había regalado un hijo.

Sin embargo, el botín fue mucho menor, aunque las cifras que ofrece el preso en sus cartas y en su declaración ante el juez difieren, ya que primero afirma que en el mueble que se llevaron de la casa había 1.500 euros y 60 gramos de hachís y en el juzgado elevó la cantidad hasta los 10.000 euros. El propio implicado afirma en su carta dirigida al abogado que solo se repartieron 400 euros cada uno.

El robo en el domicilio de la calle Primavera se planeó supuestamente en una reunión celebrada junto a un río. Allí le propusieron al compañero de celda del delator ejecutar el golpe porque podrían lograr un botín de 500.000 euros. Según las cartas del delator, uno de los ahora encarcelados debía mucho dinero al hijo de la víctima por un asunto de drogas y dio el "santo" -informó de la existencia del dinero y dónde se ocultaba porque conocía al carpintero que hizo el mueble-.

El robo se planeó para el 13 de septiembre y poco después de la medianoche acudieron con cuerdas y los tres se descolgaron desde la azotea hasta el balcón del inmueble. Entraron en la vivienda, pero descubrieron que la madre dormía y la hija estaba despierta en otra habitación. Cogieron la llave de la cerradura, se marcharon por la puerta y regresaron a las tres de la madrugada cuando la hija estaba durmiendo.

Según los datos aportados por el preso delator, entraron a la habitación de la mujer y uno de ellos "ahogó a la señora mayor tapándole la boca y la nariz". Como la mujer se movía, el compañero de celda del delator la cogió por los pies y la ató mientras un tercer implicado "la comprimía con las manos apretándole el pecho".

Tras matar a la mujer cogieron la mesita y la llevaron al domicilio de uno de los acusados, donde rompieron el mueble y se repartieron el dinero que había en el doble fondo, reparto en el que ya participó el que dio el "santo", siempre según el testigo. El compañero de delator asegura que tras matar a la dueña sus cómplices querían asesinar también a la hija y que "gracias a él no la mataron".

Veinticinco años en prisión

El preso que ha testificado en el juzgado manifiesta en sus cartas que lleva 25 años en prisión por delitos de estafa y tenía que estar ya en libertad. En las prisiones donde están recluidos se han adoptado medidas para "salvaguardar" la integridad física del delator y su excompañero de celda. "No puedo permitir que cuatro chorizos maten y asesinen a nadie y más a una pobre mujer indefensa", destaca el delator en una de sus últimas misivas enviadas al juzgado de Alicante.