El maquinista del tren que descarriló en Santiago de Compostela, Francisco José Garzón, fue ayer dado de alta y trasladado a comisaría acusado de un presunto delito de homicidio por imprudencia de 78 pasajeros. Garzón permanecerá en dependencias policiales hasta que hoy pase a disposición judicial para declarar ante la juez. El viernes rechazó hacerlo ante la Policía Nacional en el Hospital Clínico de Santiago.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, señaló ayer por la mañana que está detenido porque hay «claros indicios para ello». La declaración del maquinista así como la caja negra del Alvia deberá arrojar luz en las investigaciones.

El titular de Interior realizó ayer una rueda de prensa tras su visita al lugar de la tragedia junto a la ministra de Fomento, Ana Pastor, el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, y varios mandos policiales.

Ante la insistencia de un periodista extranjero sobre si el conductor sería el único culpable del accidente o puede haber otras causas, el ministro zanjó que no podía ofrecer más detalles porque la investigación está en marcha. En este sentido, el comisario jefe provincial de A Coruña, José Luis Balsero, apuntó que en el atestado policial «se abren todas las líneas de investigación y no se descarta ninguna» y que es «complejo».

La caja negra continúa custodiada y por el momento su contenido no ha trascendido, precisó ayer la ministra de Fomento, Ana Pastor.

Asimismo defendió el sistema de seguridad ferroviario según indicó por cumplir con el ordenamiento comunitario y español y sin citar expresamente al maquinista señaló que «quien opera el ferrocarril» es el que tiene que cumplir dichas normas. «Y la investigación lo que tiene que esclarecer es si se han cumplido esas normas que marca el ordenamiento jurídico», añadió la ministra. Aunque insistió en que no puede manifestar sobre cuáles cree que son las causas del accidente, insistió varias veces en que los operarios y los trabajadores tienen que cumplir la normativa de seguridad.

Un día después de que el presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Gonzalo Ferre, asegurase que el maquinista del tren siniestrado tenía que haber recibido un aviso de reducir la velocidad cuatro kilómetros antes de llegar a la zona del accidente, Pastor no ha quiso entrar en esos detalles.

Eso sí, ha recordado en alusión a esas declaraciones que «lo que dicen los técnicos» es «cuánto tiempo tarda un tren en bajar la velocidad». La ministra aseguró además que la investigación «se está respetando por parte de todos».

«Intereses económicos»

Por su parte, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aseguró ayer que el sistema de seguridad de la alta velocidad española es «de los mejores del mundo» y sugirió que hay «intereses económicos» cuando se pone en cuestión dicho sistema, al haber concursos internacionales para construir infraestructuras de este tipo.

Feijóo pidió además que se deje a los responsables policía, juez y la comisión técnica investigar las causas del suceso y advirtió que «investigar es lo contrario de precipitarse» y hay que esperar las conclusiones porque lo demás son «comentarios reñidos con el rigor» y «conjeturas».

El presidente de la Xunta, anunció que se va a organizar en próximas fechas un acto civil de homenaje a las víctimas del accidente ferroviario de Santiago, que se acordará con todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria en la comunidad autónoma gallega.