Una vida marcada por la tragedia. La Audiencia de Alicante sentó ayer en el banquillo al hermano de uno de los fallecidos en el triple crimen de la calle Cid en 1985 por haber matado a otro de sus hermanos durante una discusión familiar. Un caso que resolverá un juzgado popular durante esta semana. Según la Fiscalía, Francisco M. C. utilizó hasta tres cuchillos diferentes para cometer el crimen, dos de ellos se partieron mientras asestaba las puñaladas, así como un taburete con el que le abrió la cabeza a su hermano Julián de un golpe. Los hechos ocurrieron la madrugada de agosto de 2012 en el piso que ambos compartían en la Colonia Requena de Alicante tras una discusión. El acusado aseguró ayer que se encontraba como hipnotizado y que no recuerda nada de lo que ocurrió esa noche.
Para la Fiscalía, los hechos son constitutivos de un asesinato al considerar que el acusado se ensañó con su víctima, por lo que pide una pena de 20 años de prisión. «Se trata de un acto cruel en el que no concurre ninguna circunstancia que pueda rebajar la responsabilidad de lo que hizo», recalcó la fiscal. Por su parte, la abogada de la defensa incidió en que los dos hermanos rondaban la cincuentena, ambos estaban sin trabajo y tenían problemas con el alcohol, lo que motivó que la convivencia se fuera deteriorando. La defensa descarta que se trate de un asesinato y planteó que el acusado tiene problemas con el alcohol.
Durante el interrogatorio, la fiscal recordó al procesado que tras su detención, nada más cometer el crimen, confesó espontáneamente a los policías locales que se lo llevaban que lo había hecho porque su hermano no colaboraba con los gastos de la casa, no le dejaba dormir por las noches y hablaba mal de él a los vecinos. Ayer no recordaba haber dicho nada de esto. «Hasta que pasó esto, yo con mi hermano me llevaba bien. Íbamos de fiesta juntos», aseguró. El acusado sólo admitió una discusión por una deuda del teléfono que su hermano había dejado sin pagar. Tampoco recordaba haberle gritado «muérete, muérete, hijo de puta» mientras le apuñalaba; ni haber dicho a una vecina «¿Has visto Tere? Al final he tenido que matarlo». Según dijo, esa tarde estuvo de fiesta con una amiga y no recuerda ni cómo llegó a casa ya de madrugada. «Me llegan fogonazos a la cabeza, recuerdo los gritos pero es todo como una nube», explicó.
Agresor y víctima tienen otros dos hermanos que han sido citados a declarar al juicio como testigos. Ambos se negaban a ir aduciendo que no tenían relación con ellos desde hace años, pero finalmente uno ha accedido a testificar.
