«Una acusación que trata de imponer un estado de terror tributario que lleva a la cárcel a cualquiera que no interprete las normas tributarias de la manera que lo hacen los técnicos». Con estas palabras se refirió ayer la defensa de Juan José Huerga, el letrado Alejandro Pérez, que incidió en que la acusación era un «ensañamiento» y un «linchamiento» para su representado tras un altercado con funcionarios de la Agencia Tributaria durante una inspección al yate mientras estaba amarrado frente a Tabarca. Huerga fue condenado a pagar una multa de 600 euros por increpar a los agentes. En aquel juicio el fiscal retiró la acusación por orinarse en la bandera de España, hecho que Huerga siempre negó.