La Guardia Civil le detuvo hace un año en Mutxamel como cabecilla de una red de narcos considerada como la «startup» alicantina de la marihuana y ayer fue trasladado de la prisión de Fontcalent a los juzgados de Alicante para declarar por su presunta implicación en tres asesinatos cometidos hace varios años en Holanda. Varios policías de este país han viajado hasta Alicante para investigar a este preso en virtud de una comisión rogatoria internacional y ayer asistieron a la comparencia, aunque apenas duró unos minutos porque el acusado se acogió a su derecho a no declarar y fue trasladado de nuevo desde el Palacio de Justicia de Benalúa hasta la prisión de Fontcalent.

El recluso está pendiente de ser enjuiciado por la operación realizada por la Guardia Civil de San Vicente del Raspeig en junio del pasado año, donde se enfrenta a una petición de 11 años de cárcel de la Fiscalía, y además tiene abierto otro proceso en la Audiencia Nacional por la extradición solicitada por las autoridades holandesas.

El preso, un ciudadano originario de las Antillas holandesas de 44 años, está siendo investigado en relación a tres crímenes que se cometieron en Holanda por ajustes de cuentas entre bandas criminales.

El recluso, cuyo abogado holandés también estuvo presente ayer en los juzgados de Alicante, se acogió a su derecho a no prestar declaración debido a que las autoridades holandesas no le han facilitado el acceso a los expedientes donde se le investiga por los tres asesinatos.

Fuentes cercanas a la investigación han explicado a este diario que el recluso no está considerado autor material de los crímenes, aunque se le investiga como presunto inductor o la persona que supuestamente los ordenó.

Los tres asesinatos fueron cometidos en diferentes años y los cadáveres aparecieron tiroteados en vehículos. Al parecer, a una de las víctimas incluso le cortaron la cabeza.

Enfrentamiento entre bandas

Estos asesinatos forman parte de una oleada de crímenes que se han registrado en Holanda a causa del enfrentamiento entre bandas rivales de narcotraficantes. Una de las víctimas de este enfrentamiento fue precisamente un familiar del preso recluido en Fontcalent, el cual recibió unos 80 disparos en una calle de Amsterdam.

Tras la negativa del preso a prestar declaración ayer en los juzgados de Benalúa, los policías holandeses van a investigar el material electrónico que le intervino la Guardia Civil de San Vicente con el fin de buscar alguna pista que relacione al recluso con los asesinatos cometidos en Holanda.

El investigado por los tres asesinatos fue detenido en junio del pasado año en su domicilio de la urbanización Bonalba en Mutxamel. La Guardia Civil le arrestó junto a otras 12 personas en varios puntos de l'Alacantí y Gata de Gorgos. Estaba considerado el jefe de una red de narcotraficantes que tenía cuatro plantaciones de marihuana en diferentes viviendas donde usaban tecnología avanzada y realizaban un seguimiento online de los cultivos, de ahí que los investigadores la bautizaran como la «startup» de la marihuana.

En la operación los agentes de la Guardia Civil decomisaron sesenta kilogramos de cogollos de marihuana por un valor de 300.000 euros en el mercado negro y más de 3.500 plantas.

La instrucción de esta causa ya ha concluido y está pendiente de ser remitida a la Audiencia Provincial de Alicante para celebrar el juicio, de ahí que el presunto cabecilla no haya podido ser extraditado a Holanda.