La Guardia Civil ha arrestado a cuatro jóvenes a los que se atribuyen varios robos en chalés de El Campello que cometían mientras simulaban ser pescadores para justificar su presencia en la zona, informó ayer la Comandancia de Alicante. El grupo se había especializado en chalés de la urbanización Cova del Llop Marí de la localidad, montando dispositivos de vigilancia para controlar cuándo las viviendas se quedaban vacías. Para justificar las largas esperas que pasaban en la línea de costa se hacían pasar por vecinos o incluso pescadores. Los asaltantes aprovechaban su agilidad física para usar una senda de difícil acceso entre las rocas y los muros de la urbanización, por la que también huían sin ser vistos. Se les imputan robos en Santa Pola, Benissa y Moraira.

La Guardia Civil les atribuye diez robos en el interior de viviendas, tres de ellos en grado de tentativa, así como uno en el que agredieron a la propietaria de la vivienda que les sorprendió. También les imputa un delito de pertenencia a grupo criminal. Los arrestados tienen edades comprendidas entre 20 y 23 años.

El operativo se inició a raíz de un repunte de los robos en la zona en los meses previos. Agentes de seguridad ciudadana de la Guardia Civil identificaron a un grupo de cuatro jóvenes que, al verse abordados, arrojaron a unos arbustos un destornillador. Los sospechosos dijeron a los agentes que eran vecinos y que estaban dando un paseo, sin aportar documentación que lo acreditase. Tras entrevistarse con varios vecinos los agentes constataron que los jóvenes llevaban toda la tarde merodeando por la zona y que incluso llegaron a acceder a una de las viviendas pero tuvieron que salir corriendo al dispararse la alarma perimetral del jardín. Los agentes les interceptaron justo cuando huían hacia su coche.

Por otro lado, la Guardia Civil ha detenido en Moraira a un hombre de 66 años por seis robos en viviendas y un hurto. El asaltante se llevaba objetos de valor, comida y bebida y aprovechaba para asearse en las casas asaltadas. El sospechoso pernoctaba en pinadas de las inmediaciones, lo que dificultaba su localización.