La Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a 23 meses de prisión y multa de 1.800 euros a un hombre que trabajaba en una sucursal del Banco Santander en Monforte del Cid y se apropió de 172.850 euros de las cuentas de dos clientes de la oficina. El acusado, que se declaró culpable tras un acuerdo de conformidad entre las partes, no ingresará en prisión porque el tribunal ha acordado la suspensión de la ejecución de la condena de cárcel durante tres años, siempre que no vuelva a delinquir en este periodo.

El procesado, de 59 años, ha sido condenado por un delito de apropiación indebida en concurso con otro de falsedad en documento mercantil, pero el tribunal le aplica la atenuante de reparación del daño, ya que devolvió todo el dinero más intereses a la entidad bancaria, quien también lo había abonado a los titulares de las cuentas, según se recoge en una reciente sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia de Alicante.

Los hechos declarados probados en la sentencia y admitidos por el acusado ocurrieron durante los años 2017 y 2018. El acusado trabajaba en una sucursal del Banco Santander situada en Monforte del Cid y aprovechó dicha condición para obtener una ganancia patrimonial de forma ilícita. Para ello, utilizó su número de empleado del banco para realizar diferentes reintegros que se quedó para él.

Así, el 8 de noviembre de 2017 efectuó un reintegro de 75.600 euros de la cuenta de un cliente del banco y el 28 de agosto de 2018 otro de 70.000 euros de la misma cuenta y uno de 27.250 euros de otra persona.

La sentencia señala que para realizar dichos reintegros y ocultarlos, el acusado emitió recibos de recepción en efectivo de dichas cantidades en oficina, como si los titulares hubiesen recogido el dinero ellos mismos en la sucursal.

Apuntes contables falsos

El procesado aparentó la firma de los titulares de las cuentas de donde extrajo el dinero y además en una de ellas realizó hasta 18 apuntes contables falsos que luego anulaba.

En dichos apuntes, fechados entre el 2 de agosto de 2017 y el 7 de agosto de 2018, el empleado de la sucursal hizo constar el supuesto ingreso de 75.600 euros que extrajo de la cuenta de uno de los perjudicados, según señala el fallo, que añade que el acusado finalmente alteró los arqueos del banco para que cuadrasen.

Mediante estas operativas fraudulentas se apropió de un total de 172.850 euros, dinero que el banco ya abonó a los dos clientes afectados. El acusado también ha devuelto dicho dinero más los intereses legales al Banco Santander, por lo que la entidad se retiró como acusación particular en la causa.