El Equipo ROCA (Robos en el campo) de la Guardia Civil de Calp ha detenido en la localidad valenciana de Sollana a un matrimonio rumano que presuntamente estaba explotando a nueve temporeros de Rumanía y Portugal a los que obligaban a trabajar todos los días y a vivir hacinados en una nave sin agua corriente, por lo que tenía que asearse en las acequias cercanas. Únicamente descansaban cuando llovía o el tiempo impedía realizar labores de recolección en campos de las tres provincias de la Comunidad Valenciana, según informó este jueves la Comandancia de Alicante.

Una denuncia presentada en la Guardia Civil de Pedreguer por un trabajador que se peleó con un compañero fue lo que destapó este caso de explotación laboral a los nueve trabajadores. Los temporeros fueron contratados a través de una empresa de trabajo temporal con la que tenía relación la pareja arrestada. Acudía diariamente a trabajar en los campos pero bajo unas condiciones que incumplían el convenio de recogedores de la Comunidad Valenciana. Les daban de alta en la Seguridad Social en función de la producción y no de los días trabajados y cobraban cantidades irrisorias, hasta el punto de haber una diferencia de hasta mil euros entre una nómina normal y la que recibían.

Muchos de ellos no conocían el idioma y la legislación española, lo que aprovechaban los detenidos para que la empresa de trabajo temporal ingresara las nóminas en cuentas bancarias del matrimonio. Esta situación la aprovechaban para retirar el dinero y usarlo a su antojo, pagándoles a los trabajadores una cantidad que sólo les llegaba para cubrir sus necesidades básicas. La Guardia Civil también acusa a la pareja arrestada de apropiarse de cientos de kilos de mercancía que recogían los temporeros, ya que llenaban capazos con 22 kilos de cítricos y los echaban en cajas donde cabían 20 kilos. El resto se lo quedaba el matrimonio.

Los arrestados no pagaban ni la gasolina de la furgoneta, pese a que el convenio obliga a que la empresa ponga los medios para el desplazamiento de los trabajadores o pagarles una cantidad por los kilómetros recorridos. Tenían que pagar el repostaje y les amenazaban con despedirlos si no lo hacían. Los detenidos vivían en una instalación contigua a la nave agrícola donde estaban los temporeros en condiciones infrahumanas, según la Guardia Civil. Carecía de agua y para asearse y lavar la ropa acudían a unas acequias próximas a la nave. Los dos arrestados, un hombre de 31 años y y una joven de 26, quedaron en libertad tras pasar a disposición judicial por un delito contra los derechos de los trabajadores.