Una operación conjunta realizada en Orihuela por la Policía Nacional y la Guardia Civil ha puesto fin a las andanzas de una violenta banda armada de ladrones encapuchados que llevaba actuando desde septiembre del pasado año en varios municipios de la Vega Baja y se le imputan una decena de asaltos a viviendas habitadas, donde no dudaron en agredir e intimidar con pistolas a sus víctimas para que les entregaran dinero y objetos de valor, entre ellas una vecina de Rojales que fue retenida junto a sus tres hijas de 2, 4 y 7 años durante más de una hora. Además de Rojales y Orihuela, el grupo asaltó viviendas de Callosa de Segura y Redován.

En la operación, realizada por la Policía Judicial de la Guardia Civil de Almoradí y la Policía Nacional de Orihuela, han sido detenidas cinco personas en la ciudad oriolana, dos de ellas los líderes del grupo que están considerados los autores materiales de los asaltos y que han ingresado en prisión acusados de diez robos en viviendas, nueve de ellos con violencia e intimidación. También les imputan cuatro delitos de detención ilegal por retener a las víctimas, tenencia ilícita de armas y pertenencia a organización criminal.

Las pesquisas se iniciaron el pasado septiembre tras un aumento de robos en viviendas con moradores donde no dudaban en emplear la violencia de forma extrema para lograr sus propósitos. Las víctimas denunciaron que los asaltantes actuaban encapuchados y usaban armas de fuego y cuchillos para intimidarlas con el fin de conseguir dinero, joyas y otros efectos de valor. Si se negaban a sus pretensiones, las víctimas eran maniatadas y golpeadas de forma brutal.

Una de las víctimas, residente en Rojales, relató que los atracadores la tuvieron encerrada durante más de una hora junto a sus tres hijas de 2, 4 y 7 años y que en todo momento les apuntaron con un arma de fuego.

Armas, dinero y otros efectos incautados en la operación.

Un vecino de Redován tuvo que recibir asistencia médica porque en el asalto sufrió graves lesiones al ser golpeado en la cabeza con la culata de una pistola.

Otra víctima atemorizada por la banda fue un vecino de Callosa de Segura al que uno de los atracadores le metió en la boca el cañón de una pistola mientras le amenazaba de muerte.

La banda desarticulada sustrajo 54.000 euros en uno de los asaltos, varias escopetas, más dinero, joyas e incluso un perro de raza potencialmente peligrosa.

Los investigadores de la Policía Nacional y la Guardia Civil aunaron esfuerzos y estrecharon el cerco sobre los asaltantes. El pasado 1 de febrero, dos asaltantes entraron en una casa de Orihuela y el morador se despertó y avisó a su hermano para que llamara a la Policía. Amenazaron a la víctima y a su madre, de avanzada edad. La maniataron con un delantal y golpearon a la mujer contra la pared pidiéndole que entregara el dinero y objetos de valor. El robo fue frustrado al llegar la Policía, que detuvo a los ladrones armados pese a ofrecer gran resistencia. Al día siguiente, la Policía y la Guardia Civil detuvieron a otras tres personas en Orihuela e intervinieron ocho kilos de marihuana, diez gramos de cocaína, una pistola, un revólver, un bolígrafo pistola, un arma eléctrica, dinero, gran cantidad de joyas y teléfonos móviles.