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Un acusado de matar a su padre en Albatera: "Yo no fui, era al que más quería de la familia"

Las acusaciones y la defensa piden en un juicio con jurado popular el internamiento en un psiquiátrico del procesado

El acusado, de espaldas, en el juicio que se celebra en la Audiencia en Elche. DELGADO

La Fiscalía y los abogados de la acusación particular y de la defensa coinciden en que un acusado de matar de 24 cuchilladas a su padre en Albatera debe ser internado en un psiquiátrico penitenciario durante 16 años y recibir un tratamiento adecuado por la esquizofrenia paranoide que padece. Por contra, el acusado, que ha comenzado a ser juzgado esta semana por un jurado popular en la Audiencia en Elche, no parece pensar lo mismo. Además de negar la autoría del crimen y decir «mi padre era al que más quería de la familia», ha manifestado ante el tribunal popular que «yo de loco, de esquizofrénico, no tengo nada».

Las acusaciones y la defensa consideran al procesado, nacido en 1990, autor de un delito de homicidio y otro de atentado, pero todos piden una medida de internamiento y no una pena de cárcel al apreciar la eximente completa de alteración psíquica al sufrir un trastorno mental cuando ocurrieron los hechos el 19 de junio de 2020, ya que no se estaba medicando por la esquizofrenia que tiene diagnosticada y por la que había sido hospitalizado varias veces en una década.

Los hechos ocurrieron en el domicilio familiar en Albatera cuando padre e hijo se enzarzaron en una discusión. Durante la disputa, el hijo presuntamente cogió una navaja de ocho centímetros y agredió repetidamente al padre, quien trató de defenderse pero acabó siendo degollado. Hasta 24 heridas de arma blanca presentaba la víctima, algunas de ellas superficiales, según la autopsia.

Tras la agresión mortal llegaron al domicilio la madre y un hermano del acusado, pero las puertas estaban cerradas y nadie les abría. Avisaron a la Policía Local y tras forzar la puerta el acusado lanzó varias cuchilladas a los agentes, los cuales usaron una pistola eléctrica para tratar de reducirlo, según el relato de las acusaciones. Sin embargo, con el disparo con la táser solo consiguieron que soltara la navaja y aún pudo salir huyendo a la calle, aunque pudo ser interceptado.

El acusado ha ofrecido un relato de los hechos diferente al de las acusaciones. Así, ha asegurado que la tarde del 19 de junio de 2020 llegó a su casa tras haber estado pidiendo trabajo, «me fumé tres porros y cuando bajé estaba mi padre tirado en el suelo y lleno de sangre». Afirma que llamó varias veces al 112 y que buscó por la casa para comprobar si había alguien: «Quería coger al responsable de eso que le hizo a mi padre». Sobre el hecho de no abrir a su madre y hermano ha manifestado que lo hizo para que «no vieran el espectáculo que había allí».

En cuanto a los dos policías locales que entraron en el domicilio, ha declarado que le dispararon varias veces con la pistola eléctrica y ha negado que intentara acuchillarles y que a uno le diera un puñetazo.

El procesado reconoce que «siempre estábamos discutiendo, pero yo no agredí a mi padre; le quería y le sigo queriendo».

No ha aclarado el acusado, a preguntas de la acusación particular, si discutían por consumir marihuana en el domicilio o por su medicación. «La medicación me sentaba mal, me perturbaba la mente y así no podía vivir», ha indicado el procesado, quien ha reiterado en el juicio que «yo no estaba enfermo, sino que me echaron veneno de serpiente» y ese fue el motivo de sus ingresos hospitalarios, según su versión.

Por contra, las acusaciones vinculan sus ingresos en la unidad de Psiquiatría del Hospital Vega Baja desde los 20 años a los problemas derivados de la esquizofrenia paranoide que padece y el hecho de no medicarse.

El juicio se reanuda este martes en Elche con las declaraciones de familiares y policías locales, entre otros testigos.

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