Un septuagenario ha sido condenado por la Audiencia de Alicante a cuatro años de prisión por abusar sexualmente de su propia nieta, menor de edad, que permanecía bajo su cuidado en acogimiento familiar en el municipio de La Vila Joiosa, según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario. La denuncia se interpuso por la directora de un centro de acogida de menores una vez que se detectaran los hechos.

El fallo considera probado que el acusado aprovechaba momentos en que se quedaba a solas con la víctima para hacerle tocamientos en sus partes íntimas. Una situación que se prolongó durante varios meses. Una de las pruebas claves para los magistrados a la hora de dictar sentencia ha sido la declaración de la víctima.

En concreto, la sentencia dictada por un tribunal de la Sección Décima, considera probado que el acusado tocó uno de los pechos de la menor, así como la parte interior del muslo, «mientras le decía que estaba excitado sexualmente y que, cuando no estuviera su abuela, la haría sentir mayor», según informa la Agencia Efe.

Los hechos tuvieron lugar una tarde del mes de agosto de 2019, cuando el acusado tenía 76 años y su nieta, 14, después de que la menor comenzase a convivir con él y con su esposa al ser declarada en situación de desamparo por los servicios sociales.

Según la sentencia, que no es firme y contra la que cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia, en esa tarde de agosto de hace tres años, el procesado se acercó a su nieta que se encontraba en la sala de estar del domicilio en el que convivían y le palpó el pecho, «poniendo su mano en él y cerrándola parcialmente varias veces».

La sentencia considera que el acusado llevó a cabo los abusos «aprovechando su situación de superioridad en relación con la menor, al ser su abuela y tenerla en acogimiento en su domicilio». La situación finalizó el 29 de enero de 2020, después de que se comunicase los hechos «a los organismos competentes en materia de protección de menores» y se acordase el acogimiento residencial de la víctima de los abusos en un centro de acogida de menores de Altea, cuya directora presentó la oportuna denuncia ante la Guardia Civil.

A la vista del testimonio de la menor, el tribunal impone cuatro años de privación de libertad, además de otros cinco años de libertad vigilada y la prohibición de aproximación a la víctima a una distancia inferior a 300 metros también por tiempo de cinco años.