Destapan una trama de sacrificio clandestino de ganado y venta ilegal de carne en Alicante y Cox

La Guardia Civil implica a 22 personas en el fraude por diferentes delitos e infracciones administrativas e interviene 305 cabras y ovejas

Cae en Alicante una trama dedicada al sacrificio clandestinos de cabras y ovejas

INFORMACIÓN

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Alicante ha desmantelado una trama dedicada al sacrificio clandestino de cabras y ovejas para vender de forma ilegal la carne de dichos ejemplares. En la operación han intervenido 305 ejemplares de ovino y caprino en Alicante y Cox y han sido implicadas 22 personas, de las cuales a diez se les ha investigado por delitos contra la salud pública, maltrato animal, receptación, falsedad documental y simulación de delito.

A las otras 12 personas se les ha denunciado administrativamente por infracciones recogidas en la Ley 6/2003 de Ganadería de la Comunidad Valenciana. En concreto por el movimiento de animales sin emisión de documento sanitario de traslado; falta de trazabilidad e identificación de los animales; la no emisión de la preceptiva información sobre la cadena alimentaria; falta de autorización de instalaciones y sacrificio ilegal de animales; y la utilización fraudulenta de marcas identificativas. Estas infracciones están sancionadas con una multa que oscila entre 600 y 1.200.000 euros, según informa la Comandancia de Alicante.

La bautizada como “operación Chiqueros” se inició con una primera inspección en una explotación ganadera de Alicante, donde el Seprona localizó cien ejemplares de las especies ovina y caprina, a los que habían arrancado los crotales para impedir su identificación. Los animales estaban "hacinados, heridos y desnutridos, en pésimas condiciones higiénico sanitarias y sin control veterinario", afirma la Guardia Civil.

De varias autonomías

Los agentes inmovilizaron los animales y comenzaron la investigación para averiguar su procedencia. Gracias a que alguno de ellos estaba identificado mediante bolo ruminal, pudieron averiguar que procedían de distintas explotaciones de la Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Andalucía y Castilla La Mancha, desde las cuales debían haber sido trasladados a un matadero situado en Cartagena para su sacrificio, según figuraba en las documentaciones oficiales, pero al que nunca fueron trasladados.

Una de las inspecciones del Seprona de Alicante.

Una de las inspecciones del Seprona de Alicante.

La Guardia Civil localizó en Cox otra explotación ganadera donde hallaron otros 200 ejemplares en circunstancias similares y algunos procedían de explotaciones en las que habían dado positivo en tuberculosis.

Los investigadores del Seprona han podido constatar que tres de los investigados se habían organizado con este fin, actuando como un grupo criminal que se había especializado en este sistema. Conseguían los animales falsificando los documentos veterinarios de traslado a un matadero oficial en Cartagena para su sacrificio, algunos incluso cuya destrucción había sido decretada por las autoridades sanitarias.

Sin embargo, en lugar de ser enviados a este matadero, eran desviados ilegalmente hasta las explotaciones de Alicante y Cox, en las que eran sacrificados para su venta irregular.

Los agentes descubrieron que algunos de los ejemplares habían sido robados en las explotaciones de origen. En otras ocasiones, ofrecían a los ganaderos un precio más alto que el que les sería pagado en el matadero, y que la banda recuperaba después con la venta ilegal de la carne.

Entre las dos explotaciones la Guardia Civil ha inmovilizado 305 ejemplares de cabras y ovejas y se ha decretado su sacrificio y destrucción dado el riesgo de contagio a otros ejemplares y el riesgo derivado por su consumo, al no poder acreditarse las enfermedades y tratamientos veterinarios por la falta de trazabilidad.

Los investigados penalmente son nueve hombres y una mujer y se ha denunciado a otros doce hombres. Los implicados son todos de nacionalidad española y de entre 31 y 79 años.

Las diligencias instruidas por los agentes del Seprona han sido puestas a disposición de un juzgado de Instrucción de Alicante. Por su parte, los expedientes administrativos han sido remitidos a las Direcciones Generales de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Generalitat Valenciana, la Dirección General de Ganadería, Pesca y Acuicultura de la Región de Murcia y a la Dirección General de Salud Pública de la Región de Murcia, autoridades competentes para entender del caso.

La operación ha sido desarrollada por la patrulla del Seprona de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante, que ha contado con la colaboración, de los inspectores y veterinarias de las oficinas comarcales agrarias de Alicante y Orihuela, y el personal de la empresa pública VAERSA, dependientes de la Conselleria de Agricultura, que han participado en la identificación, marcado y saneamiento de los animales hallados en estas dos explotaciones clandestinas.

Estudio de la trazabilidad

La Guardia Civil explica en un comunicado que cada región productora de animales requiere de un sistema de trazabilidad que garantice que el producto que se ofrece es sano e inocuo. La identificación del animal es imprescindible para garantizar la trazabilidad de las distintas fases por las que pasan los productos que forman la cadena alimentaria. En Europa se ha optado por la opción del bolo metálico que se introduce en el rumen, cavidad del estómago de los rumiantes. La trazabilidad en el sector agroalimentario es una de las tareas más importantes de los profesionales, ya que es un elemento fundamental en la garantía sanitaria de sus productos.