¿Abusos sexuales entre Alicante y Tabarca?

Juzgan a un hombre al que una mujer denunció por «echarle algo» para anular su voluntad y tener relaciones en un velero en altamar

Se enfrenta a una petición de siete años y medio de prisión 

El acusado ante el tribunal en la sesión que se celebró ese miércoles en la Audiencia provincial.

El acusado ante el tribunal en la sesión que se celebró ese miércoles en la Audiencia provincial. / Jose Navarro

Mercedes Gallego

Mercedes Gallego

Lo que iba a ser una travesía de placer entre Alicante y Tabarca en un velero de 14 metros de eslora de un grupo de amigos se transformó en una pesadilla que dura ya cinco años, desde el momento en que una de las mujeres que iba a bordo presentó una denuncia contra uno de sus compañeros de viaje, al que prácticamente acababa de conocer, por abusos sexuales y lesiones. Unos cargos por los que se enfrenta a una petición de siete años y medio de prisión.

Este miércoles ha comenzado el juicio por estos hechos en la sección Tercera de la Audiencia Provincial ante cuyo tribunal, presidido por el magistrado José Daniel Mira-Percerval, el acusado ha admitido las relaciones sexuales, aunque precisando no sólo que fueron consentidas, sino que fue la chica quien llevó la iniciativa.

La supuesta víctima, por contra, ha negado este relato de los hechos, que tuvieron lugar la madrugada del 21 de septiembre de 2018, y ha repetido hasta la saciedad que «la única explicación para que se produjera ese encuentro sexual sin preservativo es que yo estuviera inconsciente». Estado del que no han dudado en responsabilizar al encausado, a quien culpa de haberle administrado alguna sustancia que le anuló su voluntad pero de la no se ha encontrado rastro en ninguna de las analíticas que se le han practicado.

Dos versiones

Al margen de la versión que al final el tribunal considere más creíble, de lo que no cabe duda, a juzgar por los testimonios tanto del acusado y la presunta víctima como del resto de los ocupantes del velero, dos parejas y un chico, citados todos ellos como testigos, es que bebieron alcohol. Comenzaron en la cena en el puerto de Alicante, antes de zarpar, y siguieron después durante la travesía. Cerveza, vino y cava, dijeron. 

Coincidieron también en que ya entrada la madrugada de ese sábado el acusado y la denunciante se quedaron dormidos en la cubierta junto a otro de los amigos. Y que en un momento, antes de que amaneciera, ambos se fueron a un camarote, donde se consumó la relación sexual. 

Ninguna de las analíticas realizadas a la presunta víctima ha detectado otra sustancia que no fuera alcohol

En cómo se desarrolló esa secuencia vuelve a ver relatos contradictorios. El acusado dijo que, estando en cubierta, se despertó cuando sintió que la chica estaba encima de él besándole y que fue ella, tras decir que tenía frío, quien le agarró de la mano y le condujo hasta el camarote. Y que una vez allí, en medio de la relación, se percató de que no estaba usando preservativo y paró, por lo que la mujer se molestó.

Ella, quien precisó que el alcohol que tomó no era como para que le anulara la conciencia, se acuerda de que se despertó cuando el hombre la estaba penetrando en el camarote, sin la escena previa de la cubierta. Que tenía mucho sueño y sentía frío, y que no supo lo que había pasado hasta que amaneció y el hombre le contó que se habían liado, de lo que ella no recordaba nada y aún hoy tiene lagunas. «No sé cómo pasó pero sé que me violó. Nunca se me hubiera ocurrido acostarme con alguien sin preservativo», reiteró entre sollozos en varias ocasiones.

Ninguno de los testigos pudo aportar mucho más sobre lo que ocurrió en el interior del camarote salvo lo que la chica les contó después y denunció ante la Policía. «Estoy convencida de que me echó algo», volvió a decir. Y explicó que durante mucho tiempo no se cortó el pelo y que incluso hoy tiene guardada la ropa que llevaba por si quedara rastro de esa supuesta sustancia. La analítica sólo detectó alcohol. 

La vista sigue este jueves con las declaraciones de los peritos sobre las lesiones psicológicas de ambos y los informes finales.