El Medio Vinalopó prepara una jornada de paro general en defensa de la uva de mesa

Los alcaldes de Novelda, Aspe, Monforte del Cid, Agost, La Romana y los Hondones han elaborado un manifiesto y están pendientes de concretar con el sector el día de la movilización - Proponen una gran tractorada por las calles y carreteras de los siete municipios

La falta de rentabilidad está llevando a los agricultores del Medio Vinalopó a arrancar sus viñas de uva de mesa. ÁXEL ÁLVAREZ

Los siete municipios del Medio Vinalopó que forman parte del denominado Valle de las Uvas están preparando una jornada de paro general para protestar por la falta de ayudas al sector por parte de los Gobiernos central y autonómico. Los alcaldes Antonio Puerto, de Aspe; Fran Martínez, de Novelda; María Dolores Berenguer, de Monforte del Cid; Nelson Romero, de La Romana; Eleuterio Jover, de Hondón de los Frailes; Juan José Castelló, de Agost; y Carmen Sellés, de Hondón de las Nieves, han elaborado un manifiesto en defensa de la uva de mesa que suscribirán en breves fechas.

El objetivo es cerrar durante un día empresas, comercios, colegios y edificios públicos para manifestarse por las calles y carreteras de las siete poblaciones con una gran tractorada. Los detalles de la protesta se ultimarán por consenso en los próximos días con los representantes de los sindicatos agrarios, la Denominación de Origen Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó y la Federación de Exportadores de Frutas, Uva de Mesa y Otros Productos Agrarios. En lo que todas las partes coinciden es que el paro general se tendría que llevar a cabo en la segunda quincena de enero. Antes de que el Ministerio de Agricultura apruebe la subida del seguro agrario programada para la primera quincena de febrero.

El incremento constante de los costes de producción -fertilizantes, gasoil, jornales y agua-, unido a las cargas impositivas cada vez más gravosas y un precio de venta en campo que se mantiene igual que hace veinte años, ha desencadenado una profunda crisis, que está dando lugar al abandono de fincas y falta de relevo generacional. Frente a las cada vez más frecuentes adversidades climáticas, que hacen imprescindible asegurar las cosechas, la respuesta de Agroseguro, contando con el placet de la compañía estatal Enesa, ha sido aplicar este año una subida del 70% de la póliza mientras que los módulos del IRPF siguen siendo discriminatorios.

De nada sirvió la reunión que los alcaldes afectados mantuvieron en noviembre con los responsables del Ministerio de Agricultura. Un encuentro celebrado en Madrid, en el que el Gobierno se comprometió a rebajar el importe con una póliza a la carta. Sin embargo, dos semanas después Agroseguro confirmó que contemplaba una nueva subida para 2020 superior al 9%. Lejos de ayudar al sector, tal y como la consellera Mireia Mollà anunció que haría en la reunión mantenida con alcaldes y agricultores en octubre pasado en Monforte, la situación ha empeorado al haber retirado el Consell la subvención adicional que otorgaba a las producciones acogidas a una denominación de origen. Y la DO Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó es una de ellas.

Dos millones de kilos para Nochevieja, pero el agricultor solo consigue cubrir los gastos

Los productores reclaman medidas para evitar que los supermecados españoles solo vendan uva importada

Dos de cada tres uvas de las que se consumirán la próxima Nochevieja proceden del Medio Vinalopó. Son dos millones de kilos de la variedad Aledo. Es una tradición que se ha exportado incluso a otros países de la Unión Europea. Pero el sector denuncia la permisibilidad que la normativa española concede a los supermercados que venden uva procedente de otros países de Europa, mantenida en cámaras frigoríficas, cuando la del Vinalopó está en plena recolección, fresca y a unos pocos kilómetros de distancia. Por eso reclaman medidas efectivas, por parte de las autoridades exportadoras y agrícolas del país, para frenar la gran distribución y las prácticas censurables de aquellos supermercados que solo comercializan uva importada en detrimento del producto nacional. En estos momentos se refieren a la uva sin pepita de Perú y Brasil, que suele venderse a un precio de entre seis y siete euros el kilo.

El otro gran problema del que se quejan los agricultural del Vinalopó es el bajo precio de venta de la uva en el campo. A ellos le están pagando entre 20 y 30 céntimos el kilo mientras el consumidor paga un precio que oscila entre los 2,5 y los 4 euros el kilo. Una enorme desproporción que deja al productor con la única posibilidad de cubrir gastos.

Parecen olvidarse los poderes públicos de que se trata de un sector que forma parte indisoluble de la economía de Monforte, Noveldas, Aspe, Agost, La Romana y los Hondones y de la idiosincrasia de sus gentes. Un cultivo artesanal, mimado al extremo y único en el mundo por la técnica del embolsado del racimo, que emplea cada temporada a 12.000 personas y factura 25 millones de euros.

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