El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), el organismo dependiente del Ministerio de Fomento que realiza los proyectos, tiene previsto adjudicar hoy el último tramo del tren de Alta Velocidad Española (Ave) por la Vega Baja; concretamente, el que discurre desde San Isidro hasta el término municipal de Orihuela, a través de Cox y Callosa de Segura. Adif ha tenido graves problemas para sacar adelante todo el proceso administrativo y ahora tiene prisas porque el tiempo se le echa encima; de hecho, ha solapado la licitación del mismo con la fase de alegaciones, lo cual da pocas esperanzas a los afectados. Al Ave ya nadie lo para en la Vega Baja.

Ayer el alcalde de Callosa de Segura, Javier Pérez, se adelantó al anuncio de la adjudicación de Adif para explicar todos los pormenores de un proyecto que se ha ido retrasando durante los dos últimos años por la presión de vecinos, asociaciones y ayuntamientos que estaban en contra del proyecto original. El regidor estuvo en Madrid el pasado lunes, en el despacho del nuevo director general de Ferrocarriles, Carlos María Suárez, y junto a la directora de Proyectos de Adif, para conocer los pormenores y ayer dijo que se habían admitido "todas (remarcó) las peticiones que se hicieron en su tiempo al Ministerio y algunas mejoradas". Javier Pérez se refería al acuerdo plenario de 2004, que contó con el voto favorable de toda la Corporación, incluida la oposición.

Sierra

Entre las cuestiones que ayer explicó el alcalde y que interesan a los vecinos es que el Ave cruzará la Sierra de Callosa en dirección a Orihuela a través de un túnel de 750 metros de longitud (que al principio era de 500 metros) y que para este fin se construirá un viaducto a 8,4 metros de altura (y no a 12 metros como a priori estaba previsto). El viaducto supone un importante avance y entierra cualquier sospecha sobre la posibilidad de construir un terraplén que se habría convertido en una barrera, en muchos sentidos, para el municipio.

El regidor recalcó ayer una por una las mejoras introducidas y recordó que Adif asume todas las propuestas ambientales planteadas desde la Corporación y, no sólo eso, sino que se le han dado garantías de que la actual vía, que desaparece, será desmantelada y urbanizada para su utilización por los ciudadanos y por el Ayuntamiento de Callosa de Segura a coste cero. El citado viaducto también será urbanizado. El alcalde manifestó que le han dado garantías de que el proyecto, en su parte más sensible, la Sierra, "no afectará al LIC (Lugar de Interés Comunitario). Mucha gente que vive cerca del futuro trazado ni se ha enterado de las catas, los caminos han sido reparados y están mejor de lo que estaban". Pérez también aseguró que se ha previsto un doble acceso a la futura estación del tren que se diseña en el proyecto. Uno, desde la CV-900; y, el segundo, desde "Las Serranas", con un ancho de 7 metros.

1% Cultural

El alcalde aseguró que el Ministerio del Interior se gastará algo más de 2 millones de euros como compensación al municipio por este proyecto. Esta cantidad supone el 1% del coste del proyecto en el municipio de Callosa y que por ley se tiene que destinar a inversiones culturales. Javier Pérez anunció que se destinarán a una mejora de la iglesia arciprestal de San Martín y a la rehabilitación de la ermita de Los Dolores.

El alcalde de Callosa de Segura parece convencido por este proyecto, al punto que rechazó de plano que el Ave vaya a pasar cerca de cualquier edificio, tal y como aseguran los vecinos, "¿cerca?, relativamente", dijo a una pregunta ayer sobre este asunto.

A los propietarios del suelo les toca la Lotería

El Ayuntamiento y Adif han llegado a un ventajoso acuerdo del que se beneficiarán los 49 propietarios de terrenos que se ven afectados por las obras. El Administrador de Infraestructuras prevé ocupar alrededor de 51.000 metros cuadrados (principalmente rústico) y a éstos se les ha ofrecido la firma de un convenio a tres bandas similar al que se ha firmado, por ejemplo, en Monforte del Cid, donde se ha pagado a razón de 18.000 euros la tahúlla (unos 1.200 metros cuadrados) de terreno rústico.

Por un lado, el Ayuntamiento de Callosa de Segura permutaría los terrenos a los propietarios por el derecho de aprovechamiento que le correspondiera en el desarrollo de futuros sectores urbanísticos. El propietario podría ejercer en los cinco años siguientes o bien una renuncia al mismo, a cambio de la correspondiente indemnización, o bien quedarse el futuro solar para vender o usar cuando se desarrolle ese sector.

La ventaja para los firmantes del acuerdo es la excelente valoración que se les hace entonces del suelo, "un precio de mercado de los años buenos", resumió el alcalde. De este modo, Adif se ahorra trámites burocráticos y expropiaciones (al tiempo que aplaza pagos), el Ayuntamiento de Callosa es indemnizado y el propietario puede elegir cómo puede rentabilizar ese suelo que ha tenido que ceder.