La flota de cerco en bajura inició ayer el paro biológico de dos meses, que se prolongará hasta el próximo 31 de enero. La medida afecta a la Cofradía de Torrevieja, la más importante de la provincia, así como al resto de las embarcaciones de pesca de la Comunidad Valenciana y de la Región de Murcia. Todas las cofradías han recibido, como viene siendo preceptivo, un fax del Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino dando cuentas de las vedas previstas para el próximo año, a la cual se acogen en torno a las 70 embarcaciones y más de ochocientos pescadores. Sólo en el municipio, cerca de cien familias se verán afectadas por esta medida que se sucede cada año.

Si hasta este ejercicio pesquero recién concluido las embarcaciones realizaban dos meses de paro anuales, destinados a posibilitar la regeneración de los caladeros, para el próximo año la orden ministerial contempla que se reduzca la veda biológica al mes de enero y a la segunda quincena del mes de diciembre; es decir, quince días menos que este 2010.

Durante el paro, los armadores de los pesqueros perciben una ayuda económica, en función del tonelaje y de la ocupación de agua del barco a cambio de que lo mantengan sin actividad, mientras que los pescadores pasan a recibir el subsidio de desempleo. Estos últimos ven la medida como mal menor, pues cobrar del paro dos meses anuales, año tras año significa el que pierdan cotizaciones para el caso de que cesen en la actividad y pasen a cobrar el desempleo.

Tras diversas gestiones realizadas por las Cofradía de Pescadores de Torrevieja durante varios años, reclamando que los armadores, casi todos al mando de sus propios pesqueros, también percibieran algún tipo de ayuda junto a la indemnización por tener sus barcos amarrados a puerto, el pasado año ya se comenzó a concederles una cantidad con cargo a los fondos socio-económico.

Plan de Gestión

Durante muchos años, y hasta el llamado Plan de Gestión del Mediterráneo, destinado a paliar la sobrexplotación de los caladeros de la aguas del litoral valenciano y murciano, los armadores no podían acogerse a este paro que, en las actuales circunstancias, reciben como agua de mayo, al tener garantizados unos ingresos económicos mínimos en diciembre y enero, donde a la acumulación de días festivos se une la escasez de capturas por las adversas condiciones meteorológicas que suelen darse.

Capturas

Los pescadores de cerco del litoral alicantino no perciben un salio mínimo fijo. Si logran capturas, cobran; y si estas escasean, se quedan sin percibir retribución, a la espera de tiempos mejores. Este es así porque se rigen por una norma denominada: "Retribución a la parte".

Este sistema consiste en que con el dinero procedente de la venta de las capturas se amortiza, en primer lugar, los gastos de gasóleo del barco y de la seguridad social de la tripulación. De la cantidad restante una mitad es para el armador y la otra a repartir entre todos los pescadores, en función de las tareas laborales que realizan a bordo del barco, como patrón maquinista, chinchorrero y otras.