Más de una decena de escarabajos del picudo rojo campaban ayer a sus anchas por la Plaza de Santa Lucía, frente al Juzgado y en pleno centro histórico de Orihuela. Dicen los expertos que cuando a una palmera se le nota por fuera que está afectada por el picudo rojo, el escarabajo lleva ya un año devorando galerías en la parte interior del tronco. Este es uno de los motivos -entre otros- que hace tan difícil frenar la plaga que está arrasando uno de los árboles más característicos de esta zona geográfica, así que cuando se detecta la presencia del insecto el tiempo es, sencillamente, oro. Y más en Orihuela, que protege con celo y mediante convenios con la universidad su palmeral histórico, a menos de un kilómetro de este enclave donde ahora se puede ver al escarabajo paseando.
Tan solo en un recorrido por la plaza, cruzándola con un mínimo de atención, se contaron ayer hasta doce ejemplares del picudo. Eso es señal de que los hay a patadas.
Tratamientos
La Conselleria de Agricultura ha delegado en los propietarios de las palmeras los tratamientos fitosanitarios preventivos de la plaga, así como la destrucción de los árboles afectados. Sin embargo, parece evidente que lo que se está haciendo en Orihuela es poco. La Concejalía de Parques y Jardines inyecta productos químicos supuestamente preventivos periódicamente a las palmeras, aunque su eficacia queda ahora en entredicho.
La Plataforma en Defensa de la Huerta denunció hace pocos días que se habían detectado decenas de palmeras afectadas (con las palmas ya caídas y secas) en rotondas y viales de acceso a lo largo de toda la autopista AP-7 (que cruza la Vega desde Catral hacia Pilar de la Horadada).
El colectivo alertaba de la rápida propagación de la plaga aprovechando plantaciones ornamentales de los ayuntamientos, la Generalitat o el Ministerio de Fomento junto a las carreteras, pero sobre todo advertía de que las palmeras afectadas se han de retirar y destruir antes que los escarabajos que las han devorado pasen a otras y perpetúen el festín hasta acabar con todas.
