Garantizar la seguridad en los cruces entre carreteras y vías férreas sigue siendo uno de los retos pendientes de la administración, y accidentes fatales como el que ocurrió en la tarde del lunes entre un coche y un convoy a medio camino entre La Aparecida y Redován (CV-919) -el choque en el que un hombre de 35 años perdió la vida y otro de 36 quedó herido grave funcional- vienen a recordarlo cada cierto tiempo.

Desde la estación de Callosa de Segura hasta la de Orihuela (el tramo en el que sucedió la colisión) hay sólo cinco minutos en tren y menos de ocho kilómetros de distancia, pero también hay unos cinco pasos a nivel y un penoso recuento de accidentes. Las estaciones mencionadas son sólo las dos últimas del sur de la provincia de Alicante, porque la Vega Baja tiene estaciones en Albatera-Catral o San Isidro, y la comarca la recorren a diario más de veinte cercanías y al menos cuatro trenes regionales en cada sentido.

El tren de Alta Velocidad, el Ave, traerá consigo nuevas vías férreas y nuevas medidas de seguridad. De hecho, se eliminarán todos los pasos a nivel y el trazado ferroviario estará protegido con vallas a ambos lados para impedir el paso de peatones, animales y vehículos. Sin embargo, habrá que esperar algunos años para que dejen de recorrerse las actuales vías (el plazo anunciado para conectar Alicante y Murcia acaba en 2014, aunque aún hay muchos desencuentros entre ayuntamientos y Fomento que retrasan las expropiaciones, los análisis del suelo o los inicios de obras, y sólo se ha comenzado a trabajar en San Isidro).

La lectura negativa es que en esos años que tarde en construirse la plataforma para el Ave, el Ministerio de Fomento no tiene previsto invertir en mejorar la seguridad en cruces con carreteras, puesto que van a eliminarse unos meses después habilitando pasos elevados o desvíos del tráfico.

Tránsito

El nivel de seguridad en cada paso a nivel está en función del tránsito de vehículos, según expusieron fuentes cercanas a Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias de Fomento). El fatídico punto en el que un varón magrebí falleció antes de ayer está regulado por una "semibarrera", semáforos y señales acústicas que se activan -según pudo comprobar este diario- cuatro minutos antes de que pase el tren. Aún así, la más reciente no ha sido la única muerte.

Por prisa o imprudencia, la "semibarrera" (que sólo bloquea uno de los dos carriles de circulación de coches) puede ser esquivada. Ayer los conductores echaban pacientemente el freno de mano y miraban dos veces a cada lado antes de cruzar las vías, pero dicen quienes viven cerca que esa dosis de prudencia no es lo habitual. Las vías están, además, desprovistas de vallas que impidan que los niños que juegan en las casas de huerta de los alrededores puedan acercarse demasiado y tampoco hay un paso para peatones ni aceras junto a la calzada, pese a que hay viviendas a ambos lados.

Con todo, el sistema de seguridad está pensado al detalle. Desde Adif explican que hay un mecanismo automático que se activa cuando el tren está a una distancia determinada del paso a nivel, la orden llega a las barreras y los semáforos, y todas las señales de alerta se activan. Al maquinista le saltaría una alarma si hay cualquier problema de funcionamiento de las barreras, y la incidencia le obligaría a reducir la velocidad y a cruzar el tramo "a paso de hombre", a una marcha que aumenta el margen de reacción al conductor del convoy, a vehículos o peatones.

Eso no pasó el lunes, según los resultados preliminares de la investigación de oficio que abre Adif con cada accidente (aunque la Guardia Civil lleva el análisis oficial de los hechos). Ni la "caja negra" del tren anotó un fallo en las barreras, ni el "registro de eventos" que memoriza el funcionamiento del paso a nivel apunta a que los mecanismos de seguridad no se conectaran. Así lo aseguraron ayer desde Adif, incidiendo en que la primera inspección ocular del lugar apunta a que el coche "se llevó por delante la barrera", aunque las conclusiones son provisionales.

Puntos peores

Pero hay puntos peores tanto en este tramo como en el resto de la Vega Baja. Este sería, de hecho, el mejor sistema de seguridad de la comarca, puesto que los conductores se encuentran también con pasos regulados sólo con señales acústicas e incluso sólo con un stop (esto último ocurre, según fuentes de Adif, en caminos prácticamente particulares). La prudencia, por lo tanto, queda en algunos casos sólo en manos de peatones y conductores.