La Virgen de los Dolores de Callosa no saldrá el Domingo de Ramos sobre el que fuera su trono más elegante por desavenencias con el cofrade de honor, el empresario Antonio Salinas quien hace 12 años lo financió y que, según explicó ayer su abogado, Manuel Almarcha, prefería no realizar declaraciones. Estas diferencias concluyeron ayer con la retirada del mismo de las dependencias de la Hermandad. Ahora, un grupo de costaleros trabaja a contrarreloj desde el pasado fin de semana para adaptar el anterior trono y conseguir que la talla pueda procesionar a andas dentro de cuatro días. El conflicto surgió el 27 de enero cuando, según ha relatado el abogado Joaquín Ramón Gil, quien representa a la Cofradía, recibieron un comunicado a través de cual el empresario reivindicaba la propiedad, amén de que permitiera que se siguiera utilizando en procesiones y actos religiosos. Según la misma fuente, pidió que ante cualquier modificación o reparación que tuviera que hacerse en el trono debería ser consultado y autorizado previamente por él.

El 7 de abril la Cofradía contestó a la misiva argumentando que en 1999, a través de un acto celebrado en la ermita de la Virgen, fue él quien "formalmente donó" a la Hermandad el trono, realizado en el taller de Orfebrería Orovio de las Torres, en Ciudad Real. Así, continúa el escrito, la Cofradía "aceptó dicha donación, dándole públicamente las gracias y realizándose en ese mismo acto la entrega del trono en cuestión".

La carta enviada por la Junta al empresario continuaba que dicho trono era desde entonces, "propiedad indiscutible de la Cofradía", por lo que le expresó su "consternación y perplejidad", instándole a ponerse en contacto con ellos "si se había sentido agraviado por algo" con el fin de poder solucionar "cualquier diferencia" que pueda existir. El mensaje concluía que si no deseaba mantener una conversación para llegar a un acuerdo "ponía a su disposición el trono en cuestión para que, previa comunicación de día y hora, procediera a su retirada".

Presagios

Fue ayer por la tarde cuando los peores presagios se hicieron realidad y, en presencia de los abogados que han venido asesorando a las dos partes, se procedió a retirar el trono del emplazamiento en el que lo tenía custodiado la Cofradía. Mientras que el abogado que representa al cofrade que donó el trono argumentó ayer que no existe ningún documento que certifique que su cliente lo regaló a la Cofradía, por lo que entiende que continúa siendo de propiedad privada, el letrado que ha asesorado a la hermandad manifestó que la cesión de un bien como éste no necesita que la donación figure en un contrato escrito.

Según ha explicado a este periódico uno de los letrados, antes de llegar al extremo de la retirada del trono ha habido conversaciones entre cofrades, miembros de la Junta Central de Semana Santa, la parroquia y algunos cargos del Consistorio con el objetivo de tratar de llegar a un acuerdo que, finalmente, no se ha logrado. Algunas fuentes han apuntado a problemas personales entre quien donó el trono y uno de los cofrades con más peso, ambos empresarios del sector de hilos, cuerdas y redes, como principal causa que ha motivado el desenlace.

Mientras tanto, un grupo de costaleros de la Virgen de los Dolores y otros miembros de la Cofradía se encuentran trabajando a contrarreloj desde el pasado fin de semana para adaptar el trono que portaba la talla hasta que se empezó a utilizar el nuevo. El objetivo es poder adaptar la infraestructura para posibilitar que la talla procesione a andas, dado que el anterior trono se deslizaba sobre ruedas. A las puertas de Semana Santa, tan sólo tienen por delante cuatro días para conseguir el reto que se han marcado de que la imagen luzca por las calles del sobre los hombros de sus penitentes.