Siglos de historia avalan la procesión del Corpus Christi de Orihuela. Una de las más antiguas e importantes de la Comunidad Valenciana y de la geografía española, y que gira en torno a una carroza del siglo XVIII que sólo es superada por la de Toledo. Esta procesión constituye uno de los elementos religiosos y culturales más destacados de Orihuela, de ahí que la Diócesis haya querido rescatar elementos que se perdieron en el siglo XIX para devolverle el esplendor a este desfile, si es que algún día lo perdió.

Para ello, la asociación etnográfica Grup Alacant investigó durante dos años en los archivos del cabildo de la Catedral. Este colectivo ya apuntó que las celebraciones del Corpus Christi de Alicante y Elche incorporaban bailes que, a su vez, se habían copiado del de Orihuela. Así, el Obispado les encargó recuperar esas danzas, tal y como se ejecutaban en pleno Barroco. Miquel Àngel Flores, presidente de Grup Alacant, explicó que había tres tipos de danzas: La de gitanos, la de peloteado y la de murcianos.

En esta ocasión, varios niños hicieron la danza de los gitanos, que antes del siglo XIX llevaban a cabo las personas de esta etnia. El baile consiste en trenzar unas cintas alrededor de una banderola. "Cada gremio o etnia sacaba en la procesión lo que le caracterizaba y popularmente se decía que los gitanos eran expertos en trenzar", comentó Flores. Para acompañar a la danza, se recuperó una melodía del compositor Hugolino Roldán, además de confeccionar la indumentaria de los bailarines, que también se ha hecho a semejanza de la que se usaba en los siglos XVII y XVIII.

Así, ayer se materializó la investigación en los archivos diocesanos que ha llevado a Flores y sus colaboradores dos años. Según relató, la procesión del Corpus Christi de Orihuela es de origen medieval. Las danzas que ayer volvieron a acompañar a las carrozas también se bailaban cuando se producía alguna visita real. "Desaparecieron con la Real Pragmática de Carlos III, aunque en Orihuela continuaron hasta el siglo XIX", añadió. Según Flores, estos bailes bebieron en su día del folclore valenciano, pues se asemejan a las que se hacían en la procesión del Corpus de Valencia. Asimismo, la Diócesis de Orihuela-Alicante también reintrodujo la disposición de altares a lo largo del recorrido de la procesión a modo de estaciones.

Aparte de estas "novedades", la procesión del Corpus Christi oriolana volvió a sacar a la calle la carroza en la que se traslada al protagonista del desfile. Esta pieza, realizada en el siglo XVIII por Juan Antonio Domínguez, es una de las más importantes de la platería española y su valor es incalculable, debido a la antigüedad, pero también a los materiales con las que se hizo y el laborioso repujado del metal.

Acompañando al Corpus, destacaron indudablemente los niños vestidos de Primera Comunión, así como el obispo de la Diócesis, Rafael Palmero. También procesionaron los representantes de las cofradías de Semana Santa y de la Corporación municipal, además de otros colectivos.