El alcalde de Rojales, el socialista Antonio Pérez, confirmó ayer que la clínica de tratamiento de dependencias que se esperaba inaugurar en agosto no comenzará a funcionar porque no tiene licencia de apertura. No sólo eso, sino que los propietarios tampoco tenían licencia de obra para reformar el edificio, algo que llevan haciendo varios meses. Pérez reconoce que es un problema "que nos ocupa y nos preocupa" porque los empresarios han hecho una fuerte inversión, pero los vecinos se oponen a la apertura de esta clínica. Técnicos municipales advierten, según el alcalde, que a día de hoy la parcela es residencial e incompatible con una actividad de este tipo, y aunque el anterior equipo de gobierno inició un cambio de uso del suelo, éste no se aprobará al menos hasta septiembre, "si se aprueba".