La autopsia practicada al cuerpo del pequeño de seis años que falleció el viernes en un supermercado de la cadena Mercadona en Orihuela ha revelado que el atragantamiento fue la causa de la muerte. Allegados y amigos de la familia despidieron ayer al niño entre desgarradoras muestras de dolor con una misa en el Tanatorio Vega Baja celebrada a las 17 horas. El cuerpo del menor fue enterrado posteriormente en el Cementerio de Almoradí.

El informe forense ha confirmado así una de las dos hipótesis iniciales de quienes atendieron en un primer momento al niño, que se inclinaron por la asfixia pero tampoco descartaron que hubiera sufrido un infarto.

El trágico fallecimiento del menor aconteció en plena línea de cajas del supermercado cercano a La Ocarasa, donde se encontraba trabajando su madre. El padre del niño le había llevado allí en brazos para encontrarse con ella, preocupado porque el menor -que estaba enfermo y no había ido por ello ese día al colegio- estaba empeorando.

Todo ocurrió muy rápido y el niño se desvaneció en brazos de sus padres a mediodía, sin que los servicios de emergencia pudieran hacer nada por salvar su vida.

Clientes

El SAMU trató de reanimarle dentro del propio supermercado, que estaba repleto de clientes. Los responsables del comercio decidieron cerrarlo al público por la tarde y el médico dio orden de avisar a la Policía Nacional y al Juzgado de Guardia al desconocerse las causas del fallecimiento y tratarse de un menor.

Agentes de la Comisaría de Orihuela, que se sitúa a escasos cien metros de distancia, acordonaron la zona con ayuda de la Policía Local. Mientras el juzgado realizaba trámites para autorizar el levantamiento del cadáver, el cuerpo del pequeño permaneció tendido en el suelo y cubierto por una tela blanca al tiempo que fueron acudiendo conocidos y familiares. La madre del niño permaneció en el lugar terriblemente afectada mientras el padre prestaba declaración.

Personal

El supermercado abrió ayer al público con total normalidad, pero la empresa decidió que no acudiera a trabajar el personal habitual, dado que tanto el padre como la madre del pequeño trabajaban en el establecimiento y la tragedia afectó emocionalmente a toda la plantilla.

Según un portavoz autorizado de la cadena de supermercados, ayer se confeccionó un turno extraordinario de empleados que no tenían relación con los padres del pequeño, e incluso llegaron a trabajar a Orihuela compañeros de otras localidades.