­Las calles del casco urbano de Bigastro se llenaron ayer de color y magia al son de alegres ritmos musicales para celebrar el Carnaval. Decenas de niños acudieron a la cita ataviados con sus disfraces para celebrar la fiesta en la que todo el mundo tiene derecho a dar rienda suelta a su imaginación y convertirse en el súper héroe o la princesa que más de una vez soñó que era. Y es que por muy malas que sean las noticias que se oyen sobre la difícil situación financiera que atraviesa el municipio, los más pequeños también tienen derecho a tomar la calle y hacer olvidar a los mayores las dificultades.

El sector de la hostelería y la Asociación de Comerciantes quisieron contribuir ofreciendo múltiples regalos a los participantes, además de un suculento premio de 300 euros. La cita concluyó al terminar el desfile con una merienda gratuita.