­Un centenar de personas se reunió ayer ante la Biblioteca Fernando de Loaces para representar el entierro de la única sala de lectura y de préstamo de libros pública que tiene Orihuela. Cargados con la maqueta en cartón de un ataúd y vestidos de negro en señal de luto leyeron un manifiesto en contra de la decisión del Consell de dejar la Biblioteca reducida al horario de mañana al recortar la jornada laboral de los interinos. Algunos quisieron participar en el acto y se arrancaron ayudados por un megáfono recitando, invitando a la ciudadanía a mostrar su descontento con los recortes o compartiendo sus impresiones de que «de nuevo la inquisición está aquí» o que la clausura por las tardes es «un golpe de estado a la Cultura».

Los organizadores repasaron las actuaciones que han protagonizado desde principios de marzo: «Sentadas, concentraciones, encierros, publicación de nuestra opinión en la prensa, denuncias al Síndic de Greuges, recogida de firmas, reuniones con la Concejalía de Cultura que se suma a nuestra impotencia dado el desinterés de la Conselleria para concertar siquiera una cita...».

La Plataforma de Convergencia contra los Recortes», creada hace unas semanas en Orihuela, lanzó la propuesta de que entre todos los oriolanos se componga un libro con sus dedicatorias, expresiones o pensamientos –incluso ilustraciones, recortes de prensa o extractos de libros– y que tanto los particulares como las asociaciones recojan firmas y frases en sus edificios de vecinos, comercios o centros de trabajo.

Entre los asistentes estaban el alcalde, Monserrate Guillén (LV), o los concejales de Cultura y Bienestar Social, Ana Mas y Emilio Zaplana (PSOE). El Ayuntamiento ha solicitado a la Conselleria de Cultura que se recupere el horario de tarde y la administración autonómica aseguró hace semanas que había solicitado hacer una excepción en Orihuela en lo que se refiere al recorte de los interinos, pero aún no hay respuesta.

Mientras tanto, los asistentes se lamentaron de que «celebramos el Día del Libro sin libros» y representaron un cortejo fúnebre en el que un supuesto Papa bendecía con la ayuda de unas tijeras (símbolo de los recortes) a modo de bendición al tiempo que repetía a unos y otros «Os acompaño en el sentimiento».