Toda la huerta de la Vega Baja se ha convertido en un vertedero tan improvisado como ilegal. Esto es lo que denuncia la Plataforma Anticorrupción de la Huerta, que critica la existencia de más de 150 escombreras censadas después de innumerables visitas e inspecciones. Tanto empresas como particulares llevan años aprovechando cualquier vereda para deshacerse de todo tipo de objetos inservibles, algo que se agrava "por la falta de ecoparques y, sobre todo, de una concienciación ambiental", se lamenta Moisés Cruz, secretario de esta plataforma ciudadana.

Este colectivo, que lleva desde 2006 luchando por proteger el medio ambiente en la comarca, ha denunciado recientemente nuevas escombreras repartidas por varios municipios. Este diario comprobó ayer, cómo toneladas de basura se acumulan en zonas de campo, arcenes de carreteras e, incluso, en zonas próximas a parques naturales sin que ninguna administración (local, provincial o autonómica) tome cartas en el asunto.

Cruz mostró ayer a este diario, una por una, las parcelas donde se han detectado estos nuevos vertidos. El mayor se encuentra en término municipal de Dolores, donde a lo largo de medio kilómetro de carretera rural, en la vereda Sobreviñas, aparecen tirados sofás, televisores, sanitarios, escombros, ropa y juguetes.

El recorrido de la basura ilegal pasa también por Callosa de Segura. Allí, en numerosas parcelas abandonadas, montículos de escombros se acumulan llegando incluso a invadir la vía pública. "Es lamentable", afirma con rotundidad Cruz, "esto, en lugar de atraer a empresarios al polígono, lo que hace es alejarlos de aquí".

Otro lugar con vertederos es "Los Lagos de San Isidro", que incluso se publicita en la web de este municipio como ruta ecológica. El portavoz de la Plataforma afirmó que "este paraje era muy conocido entre los habitantes hace apenas 15 años, pues era una zona a la cual los vecinos acudían en verano a refrescarse y huir de las altas temperaturas, ya que disponía de un agua cristalina que procede de un manantial". Sin embargo, la imagen que ofrece ahora dista mucho. El fondo del lago queda ensombrecido por las botellas de vidrio que flotan en sus aguas, así como detergentes, bebidas, bolsas y escombros que, de estar limpio, sería un auténtico "oasis en mitad de la Vega Baja", se lamentó Cruz.

Durante el trayecto hasta el siguiente destino, una zona rural situada entre San Isidro y Granja de Rocamora, plásticos, escombros, neumáticos o sanitarios se acumulan en los arcenes, en un entorno de huerta. Allí, en los alrededores de unas casas abandonadas, en el entorno de lo que se conoce como el "Cabezo de las fuentes", ropa, escombros o muebles rompen el paisaje de cañas y cultivos que rodean esta zona en medio de la naturaleza.

Neumáticos y tapizados

Llama la atención la gran cantidad de neumáticos y tapizados de vehículos, lo que hace suponer que proceden de un taller de automóviles. Se trata de un vertedero en activo. Según Moisés Cruz, las numerosas frutas y verduras que se acumulan alrededor de un camino rural "no estaban cuando hace un mes descubrimos esta nueva zona". Las numerosas cajas de tomates, melones, kiwis o lechugas se pudren al sol en unos montículos que continúan en ascenso.

La misma situación se repite, una vez más, en el paraje Los Saladares de Catral, en una zona natural que destaca por estar dentro del límite protegido del parque natural de El Hondo. Decenas de montículos con tiestos de obras, ropas y juguetes dan la bienvenida al entorno natural.

Material cancerígeno detrás de un centro de salud de Orihuela

El recorrido por las escombreras de la Vega Baja terminó ayer en Orihuela. En un solar justo detrás del Centro de Salud Álvarez de la Riva, diversos materiales de construcción se acumulan entre la vegetación. Entre ellos, destaca unos residuos formados por lo que un día fueron placas de un techo de uralita, un material que está prohibido desde 2001 porque contiene agentes cancerígenos, relata Moisés Cruz.

La peligrosidad del mismo es tal que ya ni siquiera se admite en ningún punto limpio por lo que su retirada es muy costosa y debe hacerse mediante empresas especializadas, "motivo por el cual la gente prefiere abandonarla en cualquier lugar". Cruz concluye, animando a los ciudadanos a que denuncien irregularidades en la página que la Plataforma tiene en la popular red social Facebook.