Una imagen religiosa dotada de movimiento que realza y distingue la Semana Santa de Almoradí. La Hermandad de El Prendimiento dispone desde 1998 de una talla que cuenta con un mecanismo que le permite reproducir la sexta estación del Vía Crucis en la que La Verónica limpia el rostro de Jesús mientras asciende al monte Calvario cargando su pesado madero.

Se trata de la única obra de imaginería religiosa de la comarca de la Vega Baja dotada de movimiento y, como tal, confiere a la Semana Santa almoradidense una singularidad que la diferencia del resto. La Hermandad del Prendimiento instauró este peculiar mecanismo hace 15 años para escenificar el Encuentro en la Vía Dolorosa en el que también participa la imagen de Nuestro Señor de la Caída, titular de la Hermandad de la Caída. En dicho acto, los tronos que portan estas exquisitas obras de imaginería se disponen uno junto a otro y La Verónica reproduce la escena de esa mujer que se abrió paso entre los soldados que escoltaban a Jesús para enjugar con un velo el sudor y la sangre de su cara. Aquel rostro quedó impreso en el velo que se convirtió en uno de los símbolos del cristianismo.

Tal y como recoge la tradición, la talla de la Verónica de Almoradí acerca su paño a la cara de la talla de Nuestro Señor de la Caída y protagoniza después un giro de casi 360 grados para mostrar al pueblo el velo en el que queda impreso el rostro de Jesús.

Tres lustros

Dicha representación comenzó a hacerse en 1998 cuando se cambió el día en que se celebra la obra de El Mesías, que hasta entonces se celebraba cada Miércoles Santo, y se trasladó al sábado anterior al Domingo de Ramos para facilitar la asistencia de almoradidenses y visitantes. Entonces, la Hermandad de El Prendimiento acordó dotar a la imagen de la Verónica de movimiento y pasar a celebrar el Encuentro entre ésta y Nuestro Señor de la Caída en Miércoles Santo.

En un principio la imagen contaba con un mecanismo a motor que reproducía los movimientos y más tarde se sustituyó por otro hidráulico que los suaviza y los hace más elegantes.

Ayer, esta tradición que ya se ha convertido en una de las señas de identidad de Almoradí, volvió a repetirse pero con un formato renovado que la realza todavía más. En esta ocasión el Encuentro en la Vía Dolorosa se desarrolló en una Plaza de la Constitución en penumbra, aunque con iluminación especial, en la que se hizo una lectura teatralizada de este pasaje de la pasión de Jesucristo. Además, participaron un grupo de personas vestidas de época que simbolizaban a la muchedumbre en el momento en el que ocurrió la escena en la que La Verónica enjugó el rostro del Señor son su velo. La puesta en escena brilló todavía más dado que Nuestro Señor de la Caída participó por primera vez en este acto portando la talla a hombros, de igual forma que sale La Verónica.