La Vega Baja del Segura es la única comarca de la Comunidad que carece de una macroplanta que gestione todos los residuos, aproximadamente 245.000 toneladas cada año, lo que ha generado un negocio millonario para empresas y que se ha caracterizado por el descontrol que la Administración tiene sobre a dónde van a parar los residuos de todo tipo que se generan en la comarca más sureña de Alicante. Desde Torrevieja, que hasta este mes de julio ha seguido llevando basuras a Proambiente, en la Región de Murcia, sin autorización para ello y que no se entierran allí sino en otras plantas (la mercantil está suspendida para esta actividad por un juzgado y sólo puede realizar la valorización); hasta Orihuela, que está pagando las malas relaciones con la Diputación y la Dirección General de Calidad Ambiental desde que asumió la gestión y ni uno ni otro organismo le dijo durante más de un año a dónde debía llevarlas, todo es un sinsentido.
En estos momentos, la mayor parte de municipios lleva su basura a «Abornasa», en Crevillent, que se encarga de la valorización y su reenvío a Xixona o Villena. Estos costes añadidos están siendo asumidos o bien por los ayuntamientos que realizan la gestión o por la mercantil que tiene copado este mercado -Sirem, antes Colsur- que pretende que los municipios paguen los sobrecostes que le ocasionó hace más de un año el cierre de Proambiente.
