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Orihuela

Caulerpa: la invasión silenciosa

El alga tropical exótica que desplaza a otras especies autóctonas aparece en el litoral oriolano

Caulerpa: la invasión silenciosa

Los característicos y pequeños racimos «de uva» del alga caulerpa racemosa ya alfombran algunas de las playas y calas más conocidas del litoral de Orihuela Costa. Este verano, los más observadores la pueden detectar junto a la «isla» de Cala Capitán -unida a la playa, por cierto, de forma artificial con una lengua de arena-. Es la primera vez que se detecta su presencia evidente en este tramo del litoral oriolano.

Entre caulerpas, unas se llevan la fama pero otras cardan la lana. Esta alga de origen tropical -una de sus variantes procede de Australia-, se está expandiendo en los últimos diez años por la costa del litoral sureste español de Alicante y Murcia. De carácter invasor mucho más marcado que la más conocida caulerpa taxifolia por sus perniciosos efectos sobre la biodiversidad marina, a decir de los biólogos no parece despertar el mismo interés de alarma que su prima entre instituciones científicas y políticas.

Considerada imparable, en 1998 se detectó en Baleares, en 2001 en costas alicantinas, de la propia ciudad de Alicante, después en Torrevieja y en 2005 en las costas de la región de Murcia en Calblanque, también en Isla Hormiga, Isla Grosa y el norte de la Manga, zonas frecuentadas por pescadores torrevejenses para sus señas de arrastre. También hay que recordar la frecuencia de pescadores murcianos que llegan al puerto de Torrevieja.

Su alta tasa de crecimiento hace que en pocos meses sus guías o estolones formen un denso tapiz de varios centímetros de grosor que dificulta la oxigenación de los fondos donde se establece, y se ha observado una disminución de especies en los fondos donde prolifera, entrando en competencia directa con las praderas de posidonia oceánica. Aunque su verdadero impacto en estos fondos cercanos al litoral está por determinar. La investigación es la clave.

Sin medios

La Generalitat aprobó y unificó por decreto en 2009 los criterios y medidas de control de las especies exóticas invasoras detectadas en la Comunidad, entre las que se encuentra la racemosa, dejando a expensas de los recursos presupuestarios disponibles las posible actuaciones. Pero los expertos coinciden en que erradicar la «plaga», tal y como ocurre con otras de estas especies, sin ir más lejos el picudo, es casi imposible. Más en un medio tan difícil como el marino. Los esfuerzos, indican, deben centrarse en la investigación de sus efectos reales sobre el medio. Pero para eso tampoco hay dinero ahora. Existen algunos programas de seguimiento, vigilancia y erradicación y grupos de ecología y centros de buceo colaboran de manera voluntaria en hacer estas labores de detección y seguimiento.

El problema no es tanto que se detecte una especie exótica, sino que ésta tenga un comportamiento invasor, que llegue a convertirse en especie dominante reemplazando a las nativas con el consiguiente perjuicio a la biodiversidad local y a la economía. La racemosa, en concreto, se caracteriza por una reproducción muy prolífica, no es nada exigente en su hábitat para establecer sus colonias, tolera muy bien situaciones de estrés ambiental como fluctuaciones de temperatura o salinidad y no tiene alrededor predadores naturales. En resumen, en estas costas levantinas la caulerpa racemosa se encuentra como en casa. Si la temida y anunciada invasión de la taxifolia tuvo una gran repercusión mediática en base a unas predicciones «nefastas» que, según investigadores del Grupo de Fanerógamas Marinas del Instituto Español de Oceanografía no se han cumplido, su prima la racemosa, a la que apenas se le ha prestado atención sí parece estar cumpliendo las peligrosas expectativas creadas con la taxifolia. Su potencial para alterar el equilibrio del ecosistema es elevado.

Es una especie presente durante todo el año, aunque su mayor crecimiento vegetativo se produce durante el verano y el otoño. Durante estos meses sus estolones crecen alrededor de un centímetro diario. Esto hace que la colonización donde se asienta sea muy rápida alcanzando varios centímetros de espesor en muy poco tiempo. Forman como una alfombra imparable en su extensión. Cuando aparece lo hace en la zona más cercana al litoral, en fondos rocosos como sedimentarios.

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