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Torrevieja

La Audiencia aplaza por segunda vez el juicio por torturas a detenidos

La vista oral se suspende al no poder contar con la presencia de uno de los denunciantes

Comparecencia de la denunciante en 2006. Loino

La sección VII de la Audiencia Provincial, con sede en Elche, ha suspendido el juicio por torturas y maltrato a dos detenidos del que están acusados ocho policías locales de Torrevieja y un exedil, entre ellos varios mandos, y que estaba señalado para la próxima semana. La decisión, comunicada ayer, según pudo confirmar INFORMACIÓN, se ha producido al no poder contar el acto de la vista oral con uno de los dos denunciantes para comparecer en la sala, ni tampoco poder realizar, al parecer, la declaración por videoconferencia. Según las mismas fuentes el denunciante, de origen centroamericano, cumple condena en una cárcel del estado asiático de Singapur por tráfico de drogas y robo. En la segunda ocasión en la que se aplaza el señalamiento de esta causa de unos hechos que tuvieron lugar, hace nueve años, en junio de 2006 y que están en la Audiencia desde 2007. El primer señalamiento se produjo en mayo de 2014 y también se aplazó.

El juzgado acusa a estos policías de supuestas torturas a dos detenidos -arrestados cuando asaltaban la casa de un mando de la policía-, y del intento posterior de ocultar lo sucedido. La Fiscalía mantenía en su escrito de acusación penas de cárcel que suman 24 años para cinco agentes, además de penas de inhabilitación para otros tres policías y el entonces concejal de Policía del Ayuntamiento. Entre los acusados figuran cuatro mandos que continúan actualmente desempeñando sus funciones en la Policía local. Durante todos estos años de instrucción la defensa de los agentes ha mantenido como uno de sus principales argumentos el hecho de que la causa se sostenga en el pinchazo del teléfono móvil de un inspector. Intervención telefónica, que aseguran, no contaba con cobertura legal del juzgado puesto que se estaba autorizado para otras diligencias. Según queda reflejado en la investigación de la Guardia Civil -sobre todo en función de lo extraído de las conversaciones telefónicas- y el escrito del Ministerio Público, las torturas se produjeron tras un robo frustrado protagonizado por Luis Carlos C.R. -el denunciante que no puede comparecer- y su novia Vilma L., en la citada vivienda de uno de los mandos de la Policía Local. Este inspector, C.M.I., recibió una llamada de su mujer el 23 de junio de 2006, alertándole de que estaban intentando entrar a robar en su vivienda. El policía, que se encontraba de servicio en ese momento los sorprendió huyendo de la zona. Dio alcance a la mujer y «comenzó a insultarla (...) propinándole un guantazo y una patada al tiempo que pedía refuerzos». En su escrito de acusación el Fiscal indica que tras las primeras agresiones en los vehículos policiales durante el trayecto, en el retén policial tuvieron lugar las supuestas torturas. Al detenido, le llegó un policía a sacar la pistola, «amenazándolo con matarlo», mientras «comenzaron a golpearlo, propinándole varias patadas» -provocándole la fractura de dos costillas, entre otras lesiones-.

En otra habitación donde se encontraba la mujer, según el Fiscal, otros agentes «intentaban que confesara su participación diciéndole "tienes que pagar tú, hija de puta o quien sea, te has metido conmigo y yo soy quien manda aquí"», amenazándola con que «les iba a quitar el hijo» y «que la iba a violar» y propinándole bofetadas.

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