Un problema en las juntas de las canalizaciones de la terraza del Palacio Episcopal de Orihuela tiene la culpa de la caída de cascotes que se produjo el 30 de noviembre y que han hecho que el Museo de Arte Sacro, que tiene allí su sede, esté cerrado hasta acometer las obras necesarias para garantizar la seguridad del edificio, pero ha servido para saber que hace falta un estudio exhaustivo del histórico inmueble reformado hace solo 13 años. En cualquier caso, este problema está resuelto y la dirección del espacio museístico espera reabrir «esta misma semana» tras presentar un informe al Ayuntamiento, elaborado por los arquitectos del Obispado, en el que se detallan las actuaciones realizadas para evitar la caída de más cascotes con el fin de que los técnicos municipales den su visto bueno a la reapertura.
Durante el examen de la fachada, los arquitectos han detectado que el origen del problema que ha afectado seriamente al estado de conservación de las cornisas tendría su origen en una mala ejecución de las obras de restauración que pagó la Generalitat en 2001 con motivo de la exposición «La Luz de las Imágenes» y que costaron alrededor de cuatro millones de euros. Y este problema, siempre según los técnicos, habría provocado filtraciones que, con el paso del tiempo y unidas a factores externos, como la oxidación, la erosión o los cambios de temperatura, generaron las grietas que a su vez provocaron las caídas de cascotes.
Ante esta situación, los arquitectos realizarán un examen exhaustivo del edificio para determinar hasta qué puntos se debe actuar y reformar tanto externa como internamente. Una labor que tardará más de un año y que «aunque nadie nos ha pedido, creemos necesaria realizar», señalaba ayer a este diario su director, José Antonio Martínez. Al parecer, los problemas no se limitan solo a las juntas de agua, por lo que será necesaria más inversiones por parte del Obispado para dejar en perfecto uso el Palacio Episcopal. Solo con la primera parte del proyecto y la instalación de redes para cubrir la fachada ya se han gastado 3.000 euros, cifra que ascenderá a medida que detecten y resuelvan más problemas
Para garantizar la seguridad del edificio se han instalado redes protectoras en la fachada y también en las cornisas de las ventanas de la parte más alta pues «durante la inspección, los arquitectos detectaron grietas en este punto que, aunque a su juicio no suponían un problema grave, hemos decidido proteger también hasta que se reparen todos los daños, señaló ayer José Antonio Martínez.
Una vez realizadas estas acciones, la dirección del museo presentó un informe en el Ayuntamiento de Orihuela dando cuenta de las acciones realizadas y solicitando el permiso correspondiente para poder abrir de nuevo sus puertas. «Estamos a la espera de la respuesta de los técnicos, pero confiamos en poder hacerlo esta misma semana para aprovechar el filón de visitas que supone la instalación del Mercado Medieval en el entorno del Museo» y que comienza este viernes.
