La caída de una de las chapas metálicas que actúan como junta de las placas que forman el techo de los barracones del Colegio Playas de Orihuela ha supuesto la gota que colma el vaso de la paciencia de los padres, que llevan 13 años soportando que sus hijos estudien en aulas a falta de un colegio de ladrillo. Se trata de un centro en el que todas sus infraestructuras están formadas por una sucesión de módulos prefabricados. Aunque, por suerte, no hubo que lamentar daños personales al no alcanzar esta estructura metálica a ninguno de los niños de cinco años que se encontraban sentados en una alfombra, realizando sus tareas habituales, «podría haber sido peor, ya que ha caído muy cerca de una de las niñas», reconoció ayer a INFORMACIÓN una de las trabajadoras del centro.
El suceso tuvo lugar a primera hora de ayer y los niños de Infantil tuvieron que ser realojados en otra de las aulas, en concreto en la biblioteca. Este espacio, junto a las salas de profesores, el gimnasio y otras instalaciones docentes, suman una veintena de estancias formadas por barracones, unidos entre sí.
La presidenta del Asociación de Padres (Ampa), Yolanda Fernández, mostró ayer su indignación al conocer lo ocurrido y pidió soluciones de inmediato para solventar una situación «insólita», pues el colegio tiene el «dudoso honor» de ostentar el récord del centro que más años lleva en barracones de toda la Comunidad Valenciana.
Tanto es así que se da la circunstancia de que existen escolares en Orihuela Costa que finalizarán sus estudios sin saber qué es un centro de ladrillo, pues aquellos que empezaron hace ya 13 años en el primer curso de Infantil, siguieron cursando Secundaria en el Instituto Playa Flamenca, también compuesto únicamente por barracones. Este instituto estrenará nuevas instalaciones (esta vez de ladrillo) el próximo curso, previsiblemente, pero quien finalice su etapa escolar este año, en cuarto de la ESO, habrá pasado toda su etapa escolar en aulas prefabricadas.
«A la incomodidad de estudiar en aulas prefabricadas, que hace casi imposible a los escolares tareas tan rutinarias como ir al baño en días de lluvia, viento o frío al tener que abandonar un barracón para ir al otro, se unen problemas con las canalizaciones de agua que provocan inundaciones o las goteras en las clases», señala Fernández.
Protestas
Los padres y alumnos del centro, que cuenta con unos 300 escolares, ya han realizado manifestaciones en diferentes ocasiones. Ayer recibieron la autorización de la Subdelegación del Gobierno para realizar otras tres jornadas de protesta, que comenzarán el próximo lunes, a las 8.30 horas y a las puertas del centro. Las protestas se prolongarán durante «todos los lunes del curso hasta que alguien nos haga caso». Desde el Ampa piden que la Conselleria realice al fin el tan reclamado centro, del que «nos llevan prometiendo que saldrá a licitación desde 2009», tras la cesión de los terrenos por parte del Consistorio en 2008.
«El martes nos reunimos con el director territorial de Educación y nos aseguró, otra vez, que este centro está el primero de la lista» en cuanto a próximas licitaciones, señala la presidenta del Ampa. El proyecto incluye dos líneas de Infantil y Primaria, las mismas con las que cuenta el colegio actualmente. Este periódico trató ayer de contactar con la Conselleria de Educación para conocer si se contempla a corto o medio plazo la construcción del centro, sin recibir respuesta. Tan solo se limitaron a señalar, en relación a la caída de la chapa del techo que «se trata de un hecho aislado» por lo que de momento «no se prevé ninguna acción» al margen de la reparación de los daños ocasionados. El director, Francisco de la Peña, impidió que se captaran imágenes de los daños. Sin embargo, la presidenta del Ampa apuntó ayer a que «por la tarde había varios operarios de Algeco revisando y asegurando los barracones, lo que pone en evidencia la falta de mantenimiento habitual».
