Orihuela conmemoró ayer la entrada de Jesús en Jerusalén con la tradicional bendición de ramos y posterior procesión de las Palmas presidida, un año más, por el obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, quien acompañó a los feligreses durante la primera jornada de la Semana Santa. El desfile religioso incluyó, como novedad la participación de la nueva banda de música «Christus vincit» que está integrada mayoritariamente por alumnos del Seminario Diocesano, que estuvieron acompañados de la escolanía del colegio Santo Domingo.

Los participantes en el acto aguardaron la llegada del prelado en la iglesia parroquial de las Santas Justa y Rufina para recibir la bendición de las palmas por parte de Murgui, que invitó a los presentes a «acompañar con júbilo al Señor» en esta primera cita de la «celebración anual de los misterios de la Pasión y Resurrección de Jesucristo». El templo, lleno hasta la bandera, se quedó pequeño para acoger a todos los fieles que acudieron para participar en el acto y hubo muchos que siguieron el rito en pie e incluso desde el exterior.

Acabado el acto de bendición, y tras la lectura de pasaje del Evangelio según San Marcos que repasa la entrada de Jesús en la ciudad santa a lomos de un borrico, comenzó la procesión de la Semana Mayor en la que, al contrario de las demás, el clero se posiciona al principio, y los cargos de la Semana Santa, las autoridades y el pueblo tras él.

El desfile de carácter festivo, en el que participaron cientos de familias con palmas blancas, discurrió hasta la Catedral de Orihuela, por primera vez, con una agrupación musical propia formada por la banda de seminaristas que tocan instrumentos de madera y metal. A la llegada al templo, Murgui ofició la eucaristía de Domingo de Ramos y animó a los oriolanos a vivir con intensidad la Semana de Pasión.

Por delante quedan siete días repletos de actos religiosos y procesiones en los que participan más de 8.000 nazarenos que dan vida a una Semana Santa declarada de Interés Turístico Internacional y que invita a visitar la ciudad para conocer sus tradiciones y observar el exquisito patrimonio de imaginaría religiosa que atesora la capital diocesana.