Rebautizar e inaugurar una calle es muy popular, barato y difícil hacerlo mal. Pero ha ocurrido. El equipo de gobierno del PP, en el marco de su política de rendir homenaje a torrevejenses destacados dedicándoles una calle, consagró un vial al dramaturgo y director de la Escuela de Teatro Raúl Ferrández, fallecido en 2014, en la que era la calle Campoamor de Los Balcones. También sustituyó la calle Orihuela de esa misma urbanización por la calle Luis Cook, presidente en su día de APAEX y fallecido en 2012.
Esa decisión se oficializó en dos decretos firmados en enero de 2014 por un técnico de administración general del Censo a los que ha tenido acceso el diario. El acto de entrega a las familias fue en noviembre. Sobre el terreno, sin embargo, las placas, colocadas en marzo, no se corresponden con los decretos. La dedicada a Cook se ha asignado a Ferrández y viceversa. Además los vecinos de las antiguas calles Campoamor y Orihuela -ésta última unas de las más largas y céntricas de Los Balcones-, ni saben de la «rebautización» de su dirección.
Decreto del alcalde Eduardo Dolón por el que se asigna el nombre de «Luis Cook» a la calle «Orihuela» de la urbanización Los Balcones pero que sobre el terreno aparece nombrada con placas de «Raúl Ferrández»:
Objetivo práctico
Esta «chapuza callejera» ha provocado que en pocos meses esos viales se denominen de tres formas distintas: por el antiguo -que es la que reconocen los vecinos al no enterarse de la notificación de algo distinto-, la que figura en las placas y la que aparece en los decretos. La solución al enredo pasa por no cambiar las placas en la calle validando con un nuevo decreto, que podría estar ya preparado, la realidad sobre el terreno.
El objetivo de estos cambios era también práctico. Se pretendía evitar duplicidades dado que muchos viales de Los Balcones, entre ellos los citados, compartían denominación con calles del centro de Torrevieja, lo que provocaba continuas confusiones en los servicios que tienen que cubrir policías, emergencias y Correos.
El error quizá esté en la vorágine callejera del gobierno popular. En los últimos seis meses se han instalado 17 nuevas placas que estrenan nombre en otras tantas calles de la ciudad, en la mayoría de las ocasiones, con el consiguiente acto oficial de inauguración «in situ» o con la entrega de la placa en el salón de actos.
Las autoridades han determinado que lo mejor para estos menesteres es recurrir a la gente de la tierra, y continuando con la costumbre establecida por su predecesor en el cargo, el alcalde Eduardo Dolón ha llenado su agenda de fin de semana inaugurando calles con sabor local desde el mes de noviembre. Calles que llevan nombres y apellidos de torrevejenses o de colectivos locales, de los que están y de los que ya se han ido, con los más variados méritos de proyección también local y familia para agradecer la distinción. Esta corriente callejera municipal, que el primer edil glosa ahora en un vídeo en YouTube, hay que entenderla también a dos meses vista de elecciones municipales.
