No saben lo que se habla en los despachos ni a través de los teléfonos de los políticos, pero los agricultores son los grandes damnificados y los que más inquietud están viviendo estos días con esta nueva vuelta de tuerca de la «guerra del agua». Los regantes, quienes trabajan en el campo todos los días, miran con estupefacción el enésimo desencuentro entre comunidades a cuenta del trasvase y sólo saben a ciencia cierta una cosa: Sin el Tajo-Segura la provincia no sobrevivirá.
«Si nos cortan el agua, nos matan». Es la contundente sentencia de un agricultor que se encontraba el martes, azada en mano, regando un bancal de olivos con agua el trasvase en la zona norte de Elche. Como él, 20.000 comuneros de Riegos de Levante que cultivan 35.000 hectáreas entre Orihuela y Mutxamel necesitan del Tajo-Segura para mantener con vida árboles y dentro de muy poco hortalizas, pues la campaña de invierno está iniciándose con la plantación de alcachofas.
El representante de Asaja en Elche, Pedro Valero, manifestó que para algunos la polémica se ha avivado tantas veces que ya no la toman en serio. Para otros, la situación resulta muy inquietante. Es el caso por ejemplo de Gaspar Alemañ, distinguido como agricultor del 2014 por Asaja, quien lamentó que «ya está bien, el agua es para todos y encima que la estamos pagando a un precio que es un disparate nos la quieren cortar; son rabietas políticas que no entiendo, pero si se empeñan en hacernos la guerra nos la harán y tendremos que ver si nos unimos porque los agricultores no somos los únicos afectados, sino que el turismo de la provincia y el propio consumo de los vecinos dependen también del trasvase». Alemañ confiesa que es uno más «de los que están asustados, porque creo que agua no nos va a faltar para los granados (la temporada de corte comienza a finales de septiembre o principios de octubre) pero a partir de ahí, ¿qué? si no llueve nos quedamos secos e imagina que plantas hortalizas y cuando las tienes casi para recoger no hay agua».
Esa es la duda que se plantean ahora muchos, según alerta también el portavoz de Riegos de Levante, Ángel Urbina, quien plantea que muchos agricultores se están dirigiendo a sus comunidades de regantes para asegurarse de si habrá agua hasta el año que viene.
Sector
La incertidumbre se extiende entre un sector, el agrícola, que tiene el 27% de su producción de la Comunidad Valenciana en la provincia de Alicante, y que ahora mismo se encuentra acabando la campaña de recogida de la almendra, preparándose para la de granada y con los olivos en plena producción, además de previendo ya la plantación de hortalizas de invierno (desde alcachofas a brócoli, coliflor, romanesco o habas). Mientras los técnicos sacan las cuentas de la situación de los embalses, lamentan una situación que perciben como injusta.
