La Concejalía de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Orihuela que dirige Begoña Cuartero (PP) ha reactivado el expediente abierto hace dos años por el entonces concejal de Urbanismo, Antonio Zapata (PSOE) para restaurar la Torre de Embergoñes, proyecto que está previsto ejecutar este mismo ejercicio con cargo a los presupuestos municipales pero que después se cobrará a los propietarios, que son los que tienen la obligación legal de mantener este BIC (Bien de Interés Cultural), incluido en el Patrimonio Histórico de España desde 1949, dentro de la categoría de Monumentos. La concejala, a preguntas de INFORMACIÓN, aseguró que el trabajo se retoma después de haberse quedado a medias el pasado mandato pero no se atrevió a asegurar si, en un futuro y como sería deseable, la antigua torre que estaba unida a la Puerta de Murcia y que formaba parte de la muralla de la ciudad, podría pasar a ser de propiedad municipal, un proyecto que ha sido abordado durante los últimos 20 años -entre ellos por los concejales Antonio Rodríguez Barberá o Manuel Culiáñez- sin poder darle una solución porque el número de propietarios supera la docena y es muy difícil ponerlos a todos de acuerdo y más fijando una cuantía sobre el valor, para algunos evidentemente incalculable, de una parte del patrimonio de Orihuela que se encuentra abandonado. Tan sólo con recordar que la torre está coronada por un depósito de agua del que nadie sabe precisar cuántos años hace que allí se colocó -al parecer, en los años 20 del pasado siglo- o que una parte de la misma forme parte de una casa anexa, la de los propietarios, son dos tristes ejemplos de la falta de soluciones de los gobernantes a una de sus joyas olvidadas.

El Ayuntamiento ha puesto durante los últimos años una cifra sobre la mesa para negociar la compra siguiendo los parámetros de los técnicos: 125.000 euros, cantidad que no satisface a los propietarios. Igualmente se barajó la posibilidad de llevar a cabo una expropiación, propuesta que no fructificó porque, entre otros motivos, eso hubiera multiplicado el precio final después de un farragoso proceso administrativo durante años. Así que el tema se quedó sobre la mesa hasta el pasado mandato.

Este asunto se reactivó entonces por dos partidos que siendo oposición habían sido muy críticos con la situación de la Torre de Embergoñes -PSOE y Los Verdes-, pero sus propuestas volvieron a toparse con la negativa de la familia a la venta a ese precio y con la burocracia que hizo languidecer una solución.

Encauzamiento

Ante esta situación, a finales de 2013 el Ayuntamiento de Orihuela abrió un expediente en el que recuerda cómo el encauzamiento del Segura en los años 90 y la supresión y colmatación del meandro que allí existía contribuyeron al aterramiento de la torre (es decir, tiene más altura de la que se ve) y favoreció su deterioro.

En el informe se explicaba que la torre presentaba grietas en mitad de un solar «plagado de ratas y otros animales, con las consiguientes molestias para los vecinos», se aseguraba. El vallado de mampostería se encontraba también en mal estado de conservación; de hecho, algunos tramos habían sido restaurados con bloques prefabricados de hormigón, lo cual no ha frenado su deterioro.

El expediente, añadió un informe del arqueólogo Emilio Diz en el que este incidía en que los propietarios no habían cumplido su deber de conservación, algo que exige la Ley Urbanística Valenciana, al tiempo que recordaba la necesidad de «la adopción de medidas provisionales necesarias para impedir su continuo deterioro, evitar posibles daños a las personas por desprendimientos e incluso derrumbe parcial de elementos y la posterior rehabilitación. El técnico recomendaba vista la «gravedad de la situación, la importancia del elemento y por amenazar ruina inminente» la necesidad de una ejecución subsidiaria de la reparación y la rehabilitación por parte municipal. De aquello se dio cuenta a comienzos de 2014 a los propietarios que, según el expediente, no han hecho nada.

Las obras a realizar, que son las que Cuartero quiere ejecutar este año, no solo contemplan la demolición del depósito de agua -soportado sobre cuatro pilares- encima de la torre, sino la eliminación de la vegetación, también la reparación de los daños utilizando mortero de cal e, igualmente, se propone verter mortero en la parte superior para garantizar la evacuación de las aguas de lluvia. Ahora bien todo ello se trata de un «tratamiento provisional hasta la redacción de un proyecto integral de restauración» que nadie sabe cuándo se podría ejecutar.