El Museo de Arte Sacro de Orihuela presentó ayer las dos restauraciones que ha realizado el laboratorio de restauración de la Diputación de Alicante, dos obras del siglo XVII y cuya particularidad radica en que se trata de dos óleos sobre cobre de la escuela flamenca, atribuidos tradicionalmente al pintor Forchondt. Se trata de «La Anunciación» y una discutida representación de «Atila ante León Magno», pues en el caso de esta última los historiadores no tienen claro que la obra represente exactamente el momento histórico en el que el Papa, en el año 452, convence al caudillo de los hunos, de que no avance hasta Roma para su invasión tras haber conquistado el norte de Italia.

Al margen del debate histórico, se trata de dos obras de gran importancia para el espacio museístico, motivo por el cual la Diputación accedió a su restauración, ya que forman parte del catálogo de las más de 600 expuestas al público del Museo Sacro, tal y como apuntó su director, Jose Antonio Martínez. La directora técnica del Museo de Bellas Artes de la Diputación (Mubag), Joserre Perezgil, explicó que las labores de restauración han sido extremadamente costosas debido al gran deterioro de las obras provocado principalmente por una mala conservación y la exposición a altas temperaturas y a la humedad.

A la oxidación del cobre y las abolladuras del mismo, había que sumarle, en el caso de la obra de Atila, «una restauración anterior penosa», que había alterado notablemente el cuadro original». Análisis con luz ultravioleta e infrarroja han posibilitado a los restauradores conocer la obra en profundidad, un proceso que se ha alargado más de cinco meses, superando así el tiempo previsto.

Pese a que las deformaciones y abolladuras del metal han sido prácticamente imposibles de restaurar, sí se ha trabajado con las manchas verdosas producto de la oxidación, arañazos y otros golpes, producto de la manipulación sufrida durante la Guerra Civil, cuando se tuvieron que ocultar para evitar su destrucción. Perezgil explicó el detallado proceso, que pasa hasta por eliminar restos de excrementos de moscas depositados por el paso del tiempo, o la eliminación de tareas de restauración y conservación anteriores cuyo encolado había amarilleado las obras.

Las labores de restauración, en contra de lo que se pueda pensar habitualmente, no están encaminadas a recuperar la forma y color original de las obras, tal y como las concibió su autor, sino que «se trata de respetar el propio envejecimiento» de los óleos.

Formación

El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, apuntó ayer, por su parte, que el Ayuntamiento, ante el valor patrimonial de sus elementos artísticos, está trabajando para atraer formación en materia de restauración a la ciudad, ya sea mediante Formación Profesional o estudios de postgrado, para poner en valor ese patrimonio.