Con unos 9.000 afiliados en la zona, UGT, con Ismael Senent a la cabeza, tiene por delante cuatro años para materializar la Iniciativa Legislativa Popular que garantice unas condiciones mínimas a los desempleados de larga duración. El apoyo a los jóvenes y los mayores de 55 años será otra de las premisas, que marcará las líneas de trabajo del sindicato, junto a la defensa de los contratos de relevo de los jubilados.

Han vuelto a depositar la confianza en usted para ser representante de UGT en tres grandes comarcas. ¿Cómo afronta estos próximos cuatro años?

Con ilusión, incluso más todavía que en anteriores etapas. Hemos adecuado las instalaciones para que los afiliados se sientan atendidos como les corresponde. Venimos de luchar contra los recortes en estos cuatro años anteriores tan difíciles para los trabajadores. Hemos tenido que hacer frente a la reforma laboral, que ha servido para dinamitar los derechos de los trabajadores, para que haya más explotación laboral, debido a la necesidad de llevar unos ingresos a casa. No estamos en contra de los empresarios, estamos a favor de un empleo de calidad y de unos salarios dignos que sean capaces de revertir la situación de crisis.

¿Qué radiografía hace de la provincia?

El paro ha sido brutal, muchos desempleados han agotado sus prestaciones, hay trabajadores que no miran por sus derechos. Hay que cambiar la cultura de la sociedad para que las personas sean capaces de encontrar un trabajo en condiciones estables. Tristemente, hay una economía sumergida instalada, donde se aprovechan de las personas y venimos denunciando la necesidad de dotar de más recursos a la Inspección de Trabajo. Tenemos que alentar, incluso, a los empresarios que sepan hacer bien su trabajo, y señalar a esas empresas que no lo hagan así, porque les están haciendo una competencia desleal.

¿Cree necesaria la labor de acercar más el sindicato a los trabajadores y a los ciudadanos de a pie?

UGT va a tener una transformación muy importante para volver a enfocar y dar prioridad a los derechos de los trabajadores. Se van a reducir los sectores a tres, correspondientes a Servicios Públicos, Servicios e Industria. También hemos consolidado las seis secretarías territoriales para impulsar ese cambio. Hasta ahora veníamos celebrando congresos en todas las comarcas y lo hemos unificado a un solo congreso. Tenemos que volver a recuperar esa ilusión y el sentir del sindicato, porque la unión hace la fuerza. Seguramente hayamos cometido errores y se asumen, pero no son aceptables esos ataques al sindicalismo, cuando creemos que el sindicato es necesario para una sociedad democrática como la nuestra, donde la negociación colectiva es vital para que los trabajadores puedan mantener la condición de equilibrio con los empresarios.

¿Cómo valora que se haya llegado a los niveles de afiliados a la Seguridad Social de antes de la crisis?

Hay una realidad que se esconde tras esas cifras y es el reparto de trabajo. Donde antes había un trabajador, hoy hay tres y esto viene escondido por los contratos de corta duración y parciales de dos horas. Si fuesen empleos estables, los trabajadores tendrían salarios como deberían tener para impulsar la economía.

El calzado y la construcción están tirando del empleo, ¿cómo es el trabajo que se crea?

El calzado está volviendo y, si siempre se ha manifestado que es donde estaba la economía sumergida, este sector no se queda solo, en hostelería y servicios hay un abuso, incluso mayor que en el calzado. La construcción se está reactivando debido a que fue el primer sector que se vino abajo.