Han aprendido a vivir al aire libre en inmuebles abandonados, aparcamientos, patios comunitarios y parques. Provienen de hogares domésticos, algunos porque se han perdido, otros porque han sido abandonados -ya siendo adultos o en camadas- en una práctica más que habitual entre quienes prueban a tener mascotas en casa. Torrevieja, destino turístico residencial por excelencia, se convierte también en el mejor lugar para los felinos. Cuenta en estos momentos con 60 colonias de gatos callejeros censadas. Suman 762 ejemplares, según la estadística realizada por los servicios municipales y por los voluntarios que colaboran mantener en condiciones dignas esta población. No sólo para alimentarlos, también para controlar la proliferación de los felinos a través de un plan de esterilizaciones con garantías.

Cada una de estas colonias tiene asignado un alimentador acreditado por el Ayuntamiento, que está al tanto de cumplir las determinaciones de la ordenanza municipal en este tema, para evitar problemas de salubridad por restos de comida, por ejemplo. Con ese carné evita posibles multas por parte de la Policía Local. En torno a 70 alimentadores están ahora mismo acreditados. Además en las asociaciones de voluntarios cuentan con 15 casas de acogida de gatos abandonados y crías para facilitar su adopción. Aproximadamente en la mitad de las colonias no se superan los ocho gatos, mientras en el resto se ronda la veintena de individuos en cada una. La más numerosa es la que ocupa desde hace muchos años los 1.800 metros lineales del dique de Levante en Torrevieja. Desde las inmediaciones del Hombre del Mar pasando por la marina deportiva, la escollera interior de la bahía hasta los grandes bloques del dique externo del puerto. La concejal de Protección Animal, Carmen Morate, explica que en esta colonia la mitad de los animales callejeros ya están castrados.

El Ayuntamiento y los voluntarios del Proyecto CES (Captura, Esteriliza, Suelta) están embarcados en el plan subvencionado por la Diputación para castrar a cientos de gatos en la ciudad. Todos los implicados en esta protección animal saben que serán necesarios varios años de campañas similares para que la reducción de felinos sea una realidad que se note en la calle.

Este singular trabajo de censo de gatos callejeros -poco habitual en otras ciudades de España-, se inicia en el Proyecto CES, creado con la finalidad «de solucionar el desamparo de los gatos callejeros de Torrevieja», mediante la coordinación y comunicación entre los voluntarios y los departamentos del Ayuntamiento de Torrevieja.

La solución recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la University Federation Animal Welfare (UFAW) para controlar el estado sanitario y la población de las colonias de gatos que viven en libertad en entornos urbanos, es la adopción de estos planes sanitarios de esterilización felina, conocido por sus siglas en inglés TNR (capturar, esterilizar, soltar).

Desde el proyecto aseguran que les preocupa mucho «el bienestar de los animales abandonados», pero otro de sus objetivos prioritarios es minimizar las molestias que puedan ocasionar los animales a los ciudadanos. La convivencia entre unos y otros ha de ser agradable.

El gato callejero es un felino que ha vuelto a un cierto grado de estado salvaje, aunque continúan mantenimiento cierto nivel de dependencia de las personas para su alimentación en sus hábitat urbanos. Si ésta no la tienen asegurada, ellos buscarán la comida por cuenta propia: removiendo la basura, cazando otros pequeños animales, quitando comida de los contenedores? Algo que genera suciedad y molestias que se pueden evitar con un control de la colonia. Por eso , según explican desde CES y el Ayuntamiento, el personal autorizado se convierte en «gestores» de las colonias facilitándoles comida, refugio y supervisión de forma completamente gratuita.

Aunque siempre hay críticos que piensen que estos gatos viven a cuerpo de rey, su esperanza de vida es muy inferior a la de uno doméstico. Si en un hogar la media de vida es de 13-17 años, uno de los gatos del puerto, con mucha suerte, vivirá entre 5 y 7 años. La mortalidad de las crías también es muy alta. Es imposible, aclaran, asegurar que todos los gatos callejeros puedan disfrutar de una buena salud y que nadie les cause daño -maltratos, envenenamientos, atropellos-. Dejar sin comida una colonia establecida para erradicar «el problema» no es solución en contra de lo que piensen algunos. La naturaleza territorial de los gatos les impide vagar por otros lugares que no sean suyo propio.

Desde CES aseguran que hay estudios que verifican que la incidencia de enfermedades en colonias de gatos controlados sanitariamente no es mayor que la de los gatos que viven con familias. Es más, al no tener contacto con las personas -suelen ser más huraños y huyen de la gente-, es imposible que transmitan enfermedades.

Eliminar las colonias de gatos, algo que han hecho algunos ayuntamientos «es extremadamente costoso, y en muchas ocasiones no sólo resulta ser una cruel matanza de gatos, sino que nunca es una solución a largo plazo». Ante la ausencia de los gatos ya veteranos, llegarán nuevos miembros que aprovecharán los recursos disponibles y se asentarán allí. Al no estar esterilizados ni controlados en poco tiempo se multiplicarán, creando así una nueva colonia, de gatos salvajes. Solución ecológica y económica: esterilizar.

Más barato

Mejor y más barato que exterminar, ya que la naturaleza se encarga de rellenar los espacios vacíos o nichos ecológicos, haciendo que al desaparecer los gatos exterminados de un lugar, este sea rápidamente colonizado por otros, o peor aún, por otras especies mucho más perjudiciales para la salud pública, como los roedores e insectos. La captura y el sacrificio, ni son útiles ni respetan el derecho fundamental a la vida, y derrochan un dinero que pagamos todos los ciudadanos con nuestros impuestos. Con una sencilla cirugía veterinaria los animales que quedan esterilizados se marcan. Así, además de recuento sobre el terreno se controla la arribada a la colonia de nuevos gatos que hayan de ser capturados para su esterilización.