Es la iglesia más grande de una ciudad donde casi hay un templo en cada esquina. Pero nadie se acuerda ella. La iglesia de San Agustín de Orihuela languidece con el paso del tiempo y su estado se va deteriorando con el paso del tiempo, hasta el punto de que algunos de sus elementos amenazan con derrumbarse, como ya ha ocurrido -en 2009 se vino abajo parte del techo de la sacristía-. Su torre está torcida y, desde que se cerró en 1987, sólo en 2012 se actuó en su cúpula para evitar que se cayera debido a la vegetación que crecía sin control y a la gran cantidad de kilos de excrementos de aves que se acumulaban encima, lo que generó un peligroso sobrepeso que a deformó la estructura. También se colocaron testigos en la torre.

La iglesia, con capacidad para unas 1.000 personas, presenta un estado ruinoso y un deterioro galopante a causa de su abandono desde hace más de 30 años, con algunos desprendimientos, desplomes en los muros portantes y en la torre, múltiples fisuras,su cubierta está deteriorada y el pavimento levantado. Además, su ornamentación barroca está dañada. Todo esto la ha llevado a figurar, desde 2008, en la Lista Roja del Patrimonio de la Asociación Hispania Nostra, junto al Palacio de Rubalcava y al Castillo. De nuevo, el rico patrimonio oriolano en peligro ante la mirada atónita de muchos oriolanos que pasan por allí cada día al estar situada en una calle céntrica, la de San Agustín.

El inmueble está en situación crítica y en un lamentable estado de conservación. El PSOE ha llevado hoy al pleno la creación de una comisión especial que estudie la rehabilitación integral de San Agustín. Esa comisión estaría integrada por el Obispado de Orihuela-Alicante, titular de la iglesia, el Ayuntamiento de Orihuela y la Conselleria de Cultura, que llegaran a un acuerdo para invertir en su restauración. Todos los grupos han apoyado la moción socialista.

Voluntad

El edil socialista, Víctor Ruiz, señala que «la situación de San Agustín no puede mantenerse por más tiempo y el Ayuntamiento tiene que encontrar con la Conselleria y el Obispado una solución con urgencia que permita proteger el patrimonio de Orihuela». La Conselleria está dispuesta a colaborar y el Obispado también ha mostrado su voluntad, dado el coste que supone su mantenimiento. Ruiz explicó ayer a INFORMACIÓN que «pueden plantearse distintos escenarios tanto para su rehabilitación como para su posterior uso, pasando por desacralizar el templo, ceder la propiedad o pactar los usos».

Hasta ahora no se ha cumplido ninguna promesa de reforma, como las anunciadas en el año 2003, cuando el Consell presupuestó los trabajos en 2 millones de euros, con motivo de la exposición de La Luz de las Imágenes, para llevar allí las funciones de culto de la catedral que era sede de esa exposición. Pero el dinero, finalmente, se destinó a otros proyectos.

El estado ruinoso de la Iglesia de San Agustín poco tiene que ver con el esplendor que lució durante años, desde que se fundara en 1390 y se terminara de construir en 1750 como una reedificación de la antigua iglesia que existía en el mismo lugar. Su fachada nunca se terminó y el terremoto que asoló la comarca en 1829 causó daños en sus torres. Su interior alberga un rico patrimonio, como uno de los escasos órganos barrocos anteriores a 1700 que se conservan. Un rico patrimonio que puede desaparecer si no se actúa con urgencia.