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Juicio por torturas policiales en Torrevieja

Los policías admiten en las cintas que dejaron al detenido «reventao»

La acusación exhibe grabaciones recogidas por la Guardia Civil tras pinchar, por otra causa, el teléfono de un inspector

«Tengo un problema. Hay un detenido aquí que han cogido robando esta mañana además en el piso de un policía y le han pegado una paliza, y ahora cuando lo vamos a llevar para el médico y al juzgado, está el tío reventao por dentro». Así reconocía, presuntamente, un mando de la PolicíaTorrevieja acusado de torturar, presuntamente, a dos detenidos que fueron sorprendidos en junio de 2006en junio de 2006 robando en casa de otro agente, después de reconocer que otro de los policías implicados «le ha saludao», como se conoce en el argot a agredir a un arrestado. En realidad, fueron dos costillas rotas, como recogen los partes médicos presentados y que desde la defensa atribuyen a una caída por las escaleras.

«Tengo 10 horas en el calabozo que, aunque es un delincuente, tiene lesiones graves. En el atestado no aparece que haya resistencia. Si yo llevo a este tío (al médico) con estas lesiones, vamos a tener problemas», continúa la conversación telefónica. Es tan solo uno de los muchos fragmentos de las conversaciones que se exhibieron en la última sesión del juicio contra los cinco policías locales que se celebró en la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Alicante, con sede en Elche. En la sesión anterior, los peritos apuntaron a que las imágenes de las cámaras de seguridad de los calabozos donde se custodió a los detenidos se habían borrado de forma automática, en un mecanismo que se habría activado días antes.

Este extremo también se recoge, de alguna manera, en las grabaciones reproducidas durante la sesión. «El otro día se le puso el autoborrado a 15 días», reconoce alguien que se identifica como un técnico, al otro lado del teléfono.

El interlocutor principal, según apunta la acusación es Manuel Antonio López Vera, que tenía intervenido el teléfono por una investigación ajena a esta causa. La defensa trató de impugnar las grabaciones en la primera sesión del juicio, «tanto por motivos técnicos como jurisdiccionales», apuntó el abogado de la defensa de tres de los implicados, José Pedro González.

Una cuestión que será resuelta en la sentencia. Mientras tanto, las grabaciones se reprodujeron en la sala de la Sección Séptima, no sin un intenso rifirrafe entre la magistrada titular y los abogados de la defensa, que reclamaban escuchar las cintas originales -grabadas entonces en casetes y no la versión «remasterizada», como llegaron a calificar las grabaciones en poder de la sala. «El formato es irrelevante, las conversaciones han sido transcritas por la secretaria judicial, y no voy a permitir que se cuestione su trabajo», atajó la magistrada.

Por tanto, oírse se oyeron, y dejaron frases tan demoledoras como la conversación ente el inspector y otro de los interlocutores. Al parecer, cuando llegó la resolución judicial por la que se exigían las grabaciones de las cámaras de seguridad, en una de las grabaciones interceptadas a López Vera se escucha cómo están preocupados porque ese contenido llegue ante la juez. «Si hay que cambiar el disco duro que se cambie. No hay que dejar ni una huella. Esta (en referencia, presuntamente, a la magistrada torrevejense) es capaz de enviar a la Policía Judicial y que se las lleve», reza una de las conversaciones que se reprodujeron durante el juicio. No es la única: «Habla con los técnicos porque esta es capaz de mandarnos a alguien y que se lleve el aparato.»La única forma es cambiar el disco duro», se escucha en otra de las grabaciones. Esas imágenes nunca vieron la luz. El sistema de autoborrado las eliminó antes de que se pudiera obtener una copia que presentar en el juzgado. «Cuando pasen los 15 días se le contesta a la jueza», reza otro de los audios. Esa respuesta, presumiblemente, era a la resolución por la que el juzgado pidió esas grabaciones.

La preocupación de los implicados por cómo había llegado a oídos del tribunal que había grabaciones y que el detenido se había desmayado en los calabozos, también queda patente en las conversaciones intervenidas: «¿Cómo es posible que la jueza sepa que se desplomó? ¿Hay forma de recuperar las grabaciones?», se escucha en una conversación telefónica. «Alguien ha ido esta semana y ha cantado sobre las grabaciones», se escucha instantes después.

La nulidad o no de estas conversaciones será dictada en sentencia, que llegará después de la última sesión del juicio, que tendrá lugar el próximo 19 de septiembre.

Por su parte, la defensa tiene claro que «estamos aquí no por la denuncia de los implicados, sino por estas escuchas que no tienen validez, que se hacen sin identificar al llamante y al llamado, y a la que no se le ha aplicado un sistema de reconocimiento de voz», concluyó González, el abogado de tres implicados.

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