Puede resultar paradójico pero el pulmón verde de Torrevieja necesita eliminar miles de árboles para sobrevivir al clima semiárido y al cambio climático. La Generalitat ha licitado el proyecto de restauración de hábitats de interés comunitario de las Lagunas de Torrevieja y La Mata. El plazo de presentación de ofertas culmina este jueves. La inversión prevista es de 521.000 euros. La más importante, de largo, en un solo proyecto en los más de treinta años de historia de este parque natural que comparten Torrevieja, Guardamar, Rojales y Los Montesinos, sobre 3.800 hectáreas -2.100 son lámina de agua salada de las dos lagunas-. La previsión es que desaparezcan más de 27.000 árboles de pequeño porte: 21.400 de los 60.000 forman el pinar de reforestación del Chaparral (un 35% del total). 3.157 ejemplares de eucalipto situados cerca de la orilla de la laguna -se conservarán 14 bosquetes de «porte excepcional», de más de 12 metros de altura, y los que son emblema del parque natural en la zona recreativa más popular de todo el parque. También se suprimirán 3.158 acacias y otras especies exóticas, entre ellas la tóxica Nicotiana Glauca (muy común en zonas de escombreras). Algo que liberará en torno a 150 hectáreas. A la hora de justificar la actuación en la pinada, que cubre 213 hectáreas del sur de la laguna de La Mata, los redactores del proyecto -dos ingenieros y un doctor en biología- alertan de que los pinos «ven superado su umbral de tolerancia bioclimática» en esta zona semiárida y apenas pueden sobrevivir con una media de precipitación que no alcanza en muchos años hidrológicos los 250 litros por metro cuadrado. Ese drástico clareo y la plantación de especies locales es un intento de evitar un elevado riesgo de incendio forestal, el colapso de este pinar por déficit hídrico -y de que en caso de que ocurra- esa nueva cubierta vegetal autóctona pueda evitar la erosión.

Además de la zona de saladar que se pretende proteger y la pinada, La Mata contaba con 120 hectáreas de cultivo a finales de los años 50, la mayor parte viñas. Ahora apenas quedan 30. Durante los años 2017 y 2018 y coincidiendo con el cambio de dirección del espacio natural -ahora en manos de expertos en materia ambiental- se han repoblado más de 7 hectáreas de estos bancales abandonados con ejemplares de coscoja, lentisco, algarrobo o palmito, además de pino piñonero y pino carrasco en zonas de cultivo de vid abandonadas. En total 1.120 ejemplares. Además con técnicas de bioingeniería para permitir que prosperen y riego de auxilio puntual durante dos años.

El proyecto también pretende atacar la proliferación de extensiones de especies exóticas de jardinería propiciadas por la construcción de 800 hectáreas de urbanizaciones que cercan el espacio protegido levantadas en los últimos treinta años. La memoria de actuación también desvela un dato muy relevante. Los visitantes «oficiales» anuales a las instalaciones del centro interpretación roza los 25.000. Pero la presión humana real de visitas a las lagunas de Torrevieja y La Mata se estima en 154.344 anuales. De ahí la importancia que la propuesta da a la construcción de albarradas -muros de piedra-, fajinas, y otro tipo de construcciones para cerrar pasos y sendas no permitidas y a su vez ralentizar el flujo de aguas torrenciales.

¿La ayuda americana?

La historia de la creación del bosque que ocupa buena parte de lavertiente sur de la laguna de La Mata es poco conocida. La repoblación con más de 60.000 pinos sobre más de 200 hectáreas de la zona conocida como El Chaparral fue financiada con el Plan de Ayuda Económica Americana 1956-1957 captado por el gobierno de la dictadura franquista a cambio la autorización de bases militares -poco después de iniciarse esta actuación comenzó a levantarse la antena de comunicación con submarinos de Guardamar-. Aquella replantación de miles de árboles en una zona en la que no crecían de forma natural -y solo un 3% supera los siete metros ahora y el 64% no alcanza a los tres metros- no era ambiental. Fue económica. Se trataba de evitar la erosión que, según un decreto del Estado fechado en diciembre 1955, estaba reduciendo, el perímetro de la lagunas de Torrevieja y La Mata, por el arrastre de sedimentos provocado por las lluvias torrenciales y a pesar de que el desnivel máximo apenas alcanza los doscientos metros. Algo que a su vez podía poner en peligro la explotación salinera, que tiene a la laguna de La Mata, que ejerce el papel de alimentador de agua del mar a la salinera y donde se saturan las aguas para que logren mayor salinidad antes de entrar a la laguna de Torrevieja.