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Orihuela permite derribar las 8 viviendas que sufrieron un derrumbe en septiembre

Orihuela permite derribar las 8 viviendas que sufrieron un derrumbe en septiembre

Los propietarios quieren iniciar la demolición la próxima semana, algo necesario para conocer la causa que provocó el hundimiento de dos bungalós

Desesperados. Así se muestran los vecinos de las ocho viviendas afectadas por el derrumbe parcial de dos bungalós el pasado 25 de septiembre en la calle Limón de Orihuela Costa. Para tres de los propietarios era su vivienda habitual, por lo que lo han perdido todo. Uno de los matrimonios apenas puede ahora sobrevivir con los poco más de 1.000 euros de pensión que tienen entre los dos al estar pagando un alquiler desde aquel fatídico día que cambió sus vidas. Esa vivienda ya la tenían pagada con sus ahorros varios de los propietarios y ahora le dan vueltas a cómo abonar el derribo de su casa, algo que ha autorizado ya el Ayuntamiento de Orihuela y que celebran los propietarios. Dos de los vecinos, en la última junta de la comunidad de propietarios se comprometieron a pagar la mitad del coste del derribo, algo nada baladí, ya que estos trabajos rondarán los 50.000 euros. El resto del dinero lo asumirá la comunidad de este residencial.

El nuevo gobierno municipal ha dado el visto bueno esta semana a la demolición de las 8 viviendas del residencial Laguna III. Tras el derrumbe, las casas afectadas fueron declaradas en ruina. El portavoz del equipo de gobierno, Rafael Almagro, justifica el retraso en dar la orden de derribo en la dificultad que ha tenido el Ayuntamiento a la hora de notificar a todos los propietarios «algunos viven en el extranjero y otros en otras partes del país. Almagro señaló que era algo necesario por el peligro que conlleva el mantener en pie las casas semiderruidas y a las que no se puede acceder desde el derrumbe. «Hemos actuado como si nos hubiera llegado un expediente de una casa de 100 años que se está cayendo porque es vieja, era una actuación necesaria porque las viviendas están muy mal», explicó ayer al diario.

Algo en lo que coincide con el administrador de fincas Antonio Felices, quien señala que los propietarios quieren iniciar los trabajos de derribo la próxima semana «tras dos meses de trámites que llevan». Las compañías aseguradoras se han desentendido al no haberse establecido una causa concreta del derrumbe, nueve meses después de haberse producido. En este tiempo han sido varios los motivos que se han barajado como posible causa de la caída de los dos bungalós. Se habló de la rotura de un colector, algo que negó la empresa suministradora de agua que realizó un informe; también se investigó una posible obra ilegal o que esos bungalós se hubieran hecho sobre un relleno de tierra.

Drama

Nada de esto se ha podido conformar y las verdaderas causas del derrumbe siguen siendo una incógnita. Al menos, hasta ahora. El arquitecto que realizó catas para buscar motivos del derrumbe señaló que estos no se podrían determinar hasta que se derribaran las viviendas, por lo que en los próximos días, una vez que se haya realizado, se podrá investigar con más exactitud qué es lo que realmente pasó y los vecinos podrían reclamar a sus aseguradoras o al responsable si finalmente se sabe la causa que motivó el derrumbe, para lo que habrá que esperar varias semanas.

«Esto es un drama para 8 familias», señala Felices. «Algunos de los propietarios se han quedado con una mano delante y otra detrás y ahora apenas tienen lo suficiente para pagarse un alquiler y la comida», comenta el administrador de fincas. Varios de esos vecinos ni siquiera han podido acceder a sus casas a por las pertenencias que tenían. «Esperan hacerlo ahora, antes de que las máquinas las tiren, pero seguramente no les permitan entrar», indica.

El derrumbe se produjo a primera hora de la mañana del 25 de septiembre. Dos hombres de 60 años, ambos británicos, sufrieron heridas de carácter leve al quedar atrapados entre los escombros al hundirse la solera del edificio y otros paramentos de la estructura se deformaron en acordeón. En la azotea de la primera planta se encontraba otro residente, también de 60 años, que fue rescatado por los bomberos.

Un total de quince casas de toda la manzana fueron desalojadas por precaución, aunque, finalmente, fueron 8 las afectadas, incluidas las dos del derrumbe, distribuidas en dúplex de planta baja con una vivienda, y una altura con otra. Según los testigos, el suelo se hundió partiendo en dos mitades la isleta de las viviendas. Una de ellas quedó prácticamente derruida, las dos aledañas presentaban graves daños materiales, mientras que el resto tenían grietas. Según las personas que fueron desalojadas, los vecinos habían estado oyendo crujidos y ruidos en las viviendas desde el día anterior.

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