Son las 9.30 de la mañana y en la calle Antonio Estañ García de Callosa de Segura un nutrido grupo de personas hace cola. Esperan la llegada de la «autocaravana de la solidaridad». Un recurso puesto en marcha por la Cruz Roja en la Vega Baja, que ha convertido una autocaravana en un vehículo sociosanitario con duchas, botiquín, almacén con alimentos, calzado y ropa destinada atender las necesidades de las personas sin hogar de la comarca. A las 10 en punto abre sus puertas la caravana y el primero en entrar recibe su kit de aseo, compuesto por una toalla, gel y champú y unas chanclas, además de cuchillas de afeitar. Se dispone a darse su primera ducha caliente en días. «La higiene y el aseo es muy importante en una persona, y la dignifica», señala Víctor Blasco, técnico de Cruz Roja encargado de llevar el llamado Centro de Día Móvil (Cedimo) por toda la comarca, allá donde pernocten grupos de personas sin techo y asentamientos de infraviviendas que necesiten este recurso.

Además de la posibilidad de ducharse, los técnicos y voluntarios de Cruz Roja les ofrecen ropa para poder cambiarse, un kit de higiene y alimentos «sin olvidar la fruta fresca que es muy importante», indica la directora técnica de Cruz Roja en Callosa de Segura, Angélica Carvajal. También un café «que se toman con nosotros mientras nos cuentan sus necesidades», señala. Y, en estos tiempos de pandemia, mascarillas y gel hidroalcohólico «que de otro modo no usarían».

Más de medio centenar de personas que se han visto abocadas a la mendicidad son atendidas por la autocaravana de Cruz Roja en sus desplazamientos por la Vega Baja, aunque esta cifra varía mucho porque los «sin techo», en muchas ocasiones, cambian constantemente de lugar de residencia. Callosa, Guardamar y Orihuela son las localidades en las que más tiempo pasa la «caravana solidaria» porque allí es donde se han detectado más personas sin hogar, pero este recurso móvil acude a otras localidades de la comarca y está abierto a hacerlo a cualquiera de la provincia. «No valoramos lo suficiente el que abramos un grifo de nuestra casa y que salga agua caliente», dice Víctor Blasco.

Una persona sin hogar, tras salir de la autocaravana aparcada en una calle de Callosa de Segura, que cuenta con duchas que a punto está de usar otro sintecho. | TONY SEVILLA

Rutas de detección

La oficina itinerante de Cruz Roja también hace las llamadas rutas de detección. «Nos desplazamos por las calles para buscar a personas sin techo o asentamientos de infraviviendas donde pueden estar para llevarles allí nuestros recursos, es lo bueno de la caravana, que nos permite ir al extrarradio donde sabemos que pernoctan para que puedan ducharse sin tener que andar varios kilómetros a un albergue o a las zonas donde saben que solemos estar cada semana», señala Blasco.

El perfil de las personas que atiende Cruz Roja gracias a la autocaravana adaptada es muy variado y de todas las edades, de 18 a 70 años. La mayoría son inmigrantes, muchos temporeros que trabajan, la mayoría de veces sin contrato, en la huerta. Pero, también, españoles. La crisis sanitaria está pasando factura a personas que nunca imaginaron verse sin hogar. «Hay gente que ha tenido una vida normalizada, con su casa y su hipoteca, y, por determinadas circunstancias, se quedan sin trabajo o un divorcio, de un momento a otro se ven en la calle», dice Carvajal. «Estamos llegando a más gente que otros años, son 1.018 personas atendidas en toda la provincia en 2020», añade Blasco.

Además, los voluntarios y técnicos que acuden con la autocaravana también realizan test de hepatitis a estas personas, algunas con adicciones, y les ayudan a hacer los trámites administrativos que necesitan, como renovarse un DNI o un permiso de residencia. «A los que buscan un empleo les ponemos en contacto con compañeros que les orientan laboralmente». Es un servicio integral para personas sin hogar que seguirá acudiendo allí donde haya quien lo necesite.

Una caravana con ducha se desplaza por la comarca para atender a personas sin hogar