La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) ha salido al paso de la denuncia pública del sindicato agrícola Asaja Alicante sobre el estado que presenta el tramo final del río y su capacidad de desagüe ante episodios de lluvias torrenciales. Sin querer entrar en polémica con los regantes el presidente de la entidad de cuenca, Mario Urrea, informó sobre los trabajos que se han venido realizando en la zona de la desembocadura. Urrea aclaró que tanto el tramo antiguo como el nuevo del río en su desembocadura forman parte de una zona húmeda protegida por la Generalitat y que la mayor parte de la vegetación es de carrizal, una especie protegida que no se puede retirar, frente a otras zonas de la ribera del río y barrancos donde prolifera la especie invasora de caña Arundo donax, que sí es retirada de forma periódica - este verano de siete barrancos de la Vega Baja-.
En enero de 2021, tras la autorización ambiental por la Generalitat Valenciana, se llevó a cabo el desbroce del cauce viejo en la desembocadura. Este tramo se encuentra en una zona caracterizada como Zona Húmeda dentro de los Espacios naturales Protegidos de la Generalitat, «lo que limita la ejecución de trabajos de desbroce por razón de la nidificación de especies y protección del ecosistema», a la que el carrizal da cobijo. En febrero de 2021 se realizó una recogida manual donde se extrajeron todos los residuos acumulados entre la vegetación y los sedimentos y en abril se reforzaron los taludes y se reparó el vallado para impedir el acceso al recinto.
La inversión total ejecutada por la CHS en la desembocadura del antiguo cauce del río Segura en 2021 hasta el día de hoy supera los 140.000 euros.
La CHS explica que llevó a cabo una obra especial para mejorar la evacuación del cauce viejo del Segura al mar tras la DANA de septiembre de 2019. Ahora este cauce dispone de dos conexiones con el cauce principal del río (cauce nuevo) por medio de compuertas que en régimen de normalidad se encuentran cerradas, pero que sirven para facilitar el desagüe en caso de avenidas extraordinarias. Durante la DANA el cauce nuevo en el mar actuó de tapón del viejo, situado a una cota inferior provocando la inundación de amplias zonas de huerta de Guardamar, San Fulgencio y las Dayas, además de mantener la conexión norte de toda la comarca a través de la N-332 en vilo durante casi una semana. En conjunto, las actuaciones, reclamadas por los regantes y el Ayuntamiento de Guardamar del Segura durante años antes de la DANA, supusieron una inversión de 537.870 euros, y gracias a ellas, a juicio de la CHS «las futuras inundaciones que puedan llegar al cauce viejo podrán desaguarse a través del cauce nuevo, que cuenta con sección suficiente y un buen estado de mantenimiento».
En opinión de la CHS esta configuración mejora notablemente la capacidad de desagüe en la desembocadura respecto a la situación existente con anterioridad a la DANA de 2019. Sin embargo, Asaja advierte también de la acumulación de lodos y otros residuos que restan calado a ese cauce. Quejas a las que se sumó el alcalde socialista de Guardamar, José Luis Sáez en declaraciones a À Punt.
A esa inversión la CHS suma la realizada para la conservación y mantenimiento del cauce del río: se han realizado 11 limpiezas de la barrera de flotantes desde agosto de 2020 a agosto 2021, eliminando del cauce los residuos que se aportan a través de los azarbes (plásticos, vidrios, enseres y restos de podas).
