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Un acusado de matar a golpes a su pareja en Rojales alega que ella bebía mucho y se caía

El procesado niega el homicidio por el que la Fiscalía le pide 14 años de cárcel y achaca a accidentes los moratones que tenía la víctima

El acusado de matar a su pareja en Rojales, al llegar ayer a la Audiencia de Alicante. | JOSE NAVARRO

Un ciudadano húngaro de 51 años acusado de matar a golpes en Rojales a su pareja sentimental, de 37 años y de la misma nacionalidad, negó ayer en el juicio ser autor de un homicidio, como sostiene la Fiscalía y la acusación popular ejercida por la Generalitat, y achacó los moratones que presentaba la víctima a al menos cinco caídas accidentales que ella sufrió porque «bebía mucho» alcohol y tomaba medicación por una minusvalía psíquica diagnosticada en su país.

La Fiscalía y la acusación popular reclaman inicialmente una pena de 14 años de prisión para el procesado como autor de un delito de homicidio con la circunstancia agravante de parentesco y que pague una indemnización de 31.000 euros a la abuela de la fallecida. La defensa pide por su parte la libre absolución. El juicio con jurado popular comenzó ayer en la Audiencia de Alicante y se prolongará toda la semana.

Según las conclusiones provisionales de ambas acusaciones, el procesado y su pareja, Andrea, trasladaron su residencia de Hungría a Rojales unos meses antes de la muerte de ella. Los hechos ocurrieron en una vivienda de Rojales donde vivían el 1 de abril de 2019, entre las seis de la tarde y las nueve de la noche. En esa franja horaria el compañero sentimental de Andrea le propinó «múltiples golpes por todo el cuerpo» con el propósito de acabar con la vida de su pareja, según el escrito de acusación de la Fiscalía.

La mujer falleció ese mismo día a causa de una hemorragia por un traumatismo craneoencefálico grave. La víctima presentaba una veintena de hematomas por todo el cuerpo y alguna herida y restos de hemorragia nasal.

El acusado negó en su declaración haber matado a su pareja. Relató que su relación con Andrea era «perfecta». Llevaban siete años juntos y explicó que siete meses antes de su muerte se trasladó con Andrea desde Hungría hasta Rojales porque «su sueño era venir a vivir a España» y pensó que le vendría bien por su enfermedad. Indicó que ella padecía problemas de depresión, trastorno bipolar, crisis epilépticas y ansiedad, por lo que ingería muchos medicamentos que le recetaron en Hungría. El mismo día de la muerte de Andrea, el procesado compró por la mañana sendos billetes de avión para volar por la noche a Hungría porque ella tenía cita con el psiquiatra.

Sin embargo, Andrea murió poco antes del despegue de su avión. Según la versión dada ayer por el acusado, estaba durmiendo por la tarde cuando se despertó por los gritos de su pareja, que le pedía ayuda para levantarse. Afirma que la encontró tirada en el suelo de la cocina y la llevó hasta su cama.

En ese momento, según el acusado, no apreció golpes en la cabeza ni en la cara. Tras acostarla se puso a preparar la maleta para el viaje y cuando fue a despertarla sobre las siete de la tarde señala que «no estaba del todo consciente y hablaba sin mucho sentido».

Según el acusado, que trabajaba en un restaurante, llamó varias veces a su jefe para pedirle ayuda y que llamara a una ambulancia. Durante esa espera, según su relato, Andrea comenzó a sangrar por la nariz y a intentar vomitar. Al ver que se ahogó afirma que le practicó maniobras de reanimación pero negó haberla golpeado. El juicio seguirá hoy con la declaración de los guardias civiles, del jefe del acusado y del taxista que fue a recoger a la pareja para llevarla al aeropuerto.

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