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Los forenses sostienen que la mujer muerta en Rojales fue agredida

Los especialistas dicen que el fallecimiento de Andrea es de etiología homicida y que la mayoría de las lesiones eran del día que murió en su casa

El acusado de matar a golpes a su pareja en Rojales. |

La declaración de dos médicos forenses en el juicio con jurado popular por la muerte a golpes de Andrea en su domicilio de Rojales en abril de 2019 despejó ayer las dudas sobre el presunto origen accidental de las lesiones apuntado por el acusado -su pareja sentimental- en la primera sesión celebrada en la Audiencia de Alicante. Los dos especialistas concluyeron que su principal hipótesis es que le dieron un cabezazo en la cara y se cayó hacia atrás, de ahí que presentara fracturas en ambos lados de la cabeza. Por ello, en su opinión no tienen dudas de que el origen de la muerte de la ciudadana húngara de 37 años es de «etiología homicida».

El acusado alegó en su declaración que su pareja estaba enferma y bebía mucho alcohol, por lo que sufría caídas -la última el día de su muerte- y a causa de ellas tenía moratones por todo el cuerpo. Sin embargo, los forenses que realizaron la autopsia manifestaron ayer ante el jurado popular que «la inmensa» mayoría de hematomas y fracturas que tenía la víctima corresponden al mismo día de su fallecimiento. Además concluyeron que las lesiones de la víctima no eran compatibles con un ataque epiléptico y señalaron que las fracturas que presentaba en la cara y en la parte posterior son incompatibles con una caída accidental.

La Fiscalía y la acusación popular ejercida por la Generalitat Valenciana consideran a la pareja de Andrea autor del homicidio de su compañera la tarde del 1 de abril tras propinarle una paliza a golpes por todo el cuerpo. La muerte se produjo por una hemorragia subaracnoidea por traumatismo craneoencefálico grave.

La defensa sostiene que la mujer tenía problemas a causa del consumo de alcohol, tenía un hígado graso y los moratones que presentaba en el pecho y otras partes del cuerpo se originaron de caídas anteriores y por el simple hecho de trasladarla a la cama tras caerse en la cocina y de practicarle un masaje de reanimación cardiopulmonar cuando el acusado vio que no respiraba.

El procesado presentaba una herida en la frente el día de la muerte de Andrea y aseguró en el juicio que no sabía cómo se la hizo pero apuntó que él se cayó por una escalera de la vivienda.

Por contra, dos guardias civiles del Laboratorio de Criminalística de la Comandancia de Alicante que realizaron la inspección técnico ocular del domicilio aseguraron que no haber visto restos de sangre en la escalera donde pudo haberse lesionado el procesado.

El informe forense también reflejaba una elevada tasa de alcohol en la víctima. Sin embargo, los forenses señalaron a preguntas de la abogada de la defensa que la analítica no reflejaba la mezcla de alcohol con benzodiacepinas.

La abuela de Andrea declaró ayer por videoconferencia desde Hungría y aseguró desconocer que padeciera varias enfermedades como aseguró el acusado, entre ellas trastorno bipolar y epilepsia. La mujer confirmó que reclama una indemnización para costear la repatriación del cuerpo de su nieta, enterrada en la provincia por Servicios Sociales, y manifestó que su nieta se quejaba de que su pareja iba bajo los efectos del alcohol en muchas ocasiones.

El padre del acusado también declaró desde Hungría y dijo que Andrea estuvo «tres años y medio entrando y saliendo del hospital». Además apuntó que el día de su muerte pudo haber ingerido alcohol para subir al avión, ya que tenía miedo a volar, un temor que, por contra, su abuela desconocía.

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